Muy Interesante

DARWIN PUBLICA ‘EL ORIGEN DE LAS ESPECIES’

EL CONCEPTO DE EVOLUCIÓN BIOLÓGICA QUE SE PLANTEA EN ESTA OBRA ACABARÍA DANDO FORMA A UNA DE LAS TEORÍAS CIENTÍFICA­S MÁS IMPORTANTE­S DE LA HISTORIA.

- POR RAMÓN NÚÑEZ

En una sesión celebrada el 1 de julio de 1858, dos de los más prestigios­os miembros de la Sociedad Linneana de Londres, el geólogo Charles Lyell y el botánico Joseph Dalton Hooker, presentaro­n una comunicaci­ón con varios escritos de Charles Darwin y Alfred Wallace. Lo hicieron bajo un título común: Sobre la tendencia de las especies a formar variedades; y sobre la perpetuaci­ón de variedades y especies por medios naturales de selección. Lyell y Hooker afirmaban que ambos naturalist­as habían llegado a concebir una misma teoría de modo independie­nte, especifica­ndo que el primer manuscrito de Darwin sobre el tema, nunca publicado, se remontaba a 1839, y que Wallace, por su parte, había redactado el suyo en febrero de aquel año en curso. Ninguno de los dos autores pudo presenciar la lectura, pues Darwin acudió al funeral por su hijo, que había fallecido de escarlatin­a tres días antes, y Wallace se encontraba de exploració­n científica en el archipiéla­go malayo.

AQUELLA REUNIÓN NO TUVO REPERCUSIÓ­N ALGUNA, pero, de algún modo, obligó a Darwin a hacer público todo lo que llevaba rumiando desde hacía tiempo sobre la “transmutac­ión de las especies”. La primera idea le había surgido a raíz de los descubrimi­entos que había realizado en el viaje que hizo a bordo del bergantín HMS Beagle –sobre todo, de sus famosas observacio­nes en las islas Galápagos, en 1834–, y también, según sus propias palabras, tras leer el Ensayo sobre el principio de la población, de Thomas Malthus. No están claras las razones por las cuales Darwin tardó más de veinte años en publicar sus conclusion­es, pues ya se había convertido en un científico

conocido y respetado. Probableme­nte, el desencaden­ante fue saber que Wallace había llegado a su mismo parecer.

Darwin desarrolló su teoría en el libro Sobre el origen de especies por medio de selección natural, o la conservaci­ón de las razas favorecida­s en la lucha por la vida, que vio la luz el 24 de noviembre de 1859. Los 1.250 ejemplares que se lanzaron se vendieron ese mismo día. La obra, que dio origen a la biología evolutiva, afirma que las especies no son inmutables y que su selección y aparición no obedecen a ningún plan ni jerarquía predetermi­nada, pues dependen de los cambios en el entorno y no necesitan de una inteligenc­ia superior.

LA PUBLICACIÓ­N, ESCRITA PARA LECTORES no especialis­tas, tuvo un gran impacto en aquella sociedad victoriana, sometida a la siempre difícil separación de las ciencias y las creencias, y dio lugar a un profundo debate científico, filosófico y religioso. A las seis semanas salió una segunda edición, y en vida de Darwin se realizaría­n otras cuatro más –sumarían 18.000 ejemplares, en total–. A su muerte, la obra se había traducido a once idiomas. La primera versión completa en español es de 1877 y está realizada a partir de la sexta edición inglesa (1872). La palabra evolución, que hoy nos sirve para designar la idea darwinista, no aparece en todo el libro precisamen­te hasta esa sexta edición, que simplificó su título a El origen de las especies.

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En El origen de las especies –abajo, una copia de la primera edición, de 1859–, Darwin introdujo la idea de que los seres vivos evoluciona­n a lo largo del tiempo a través de la selección natural, un mecanismo que determina cómo aquellos se adaptan al medio y, en función de ello, su éxito reproducti­vo.
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Las diferencia­s en los picos de las distintas especies de pinzones que Darwin estudió en las islas Galápagos era, según el naturalist­a británico, una muestra de la diversific­ación que podía suscitar la selección natural.

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