GALILEO DIRIGE SU TELESCOPIO A LA LUNA.
Distintas referencias bibliográficas certifican la existencia de anteojos y catalejos a comienzos del siglo XVII, pero desde 1611 se llamaría telescopio a un instrumento tubular provisto de lentes que permitía ver los objetos lejanos como si estuvieran cerca. No está claro quién fue su inventor, pero sí que Galileo Galilei fue quien lo perfeccionó y quien, al utilizarlo para mirar los cielos, revolucionó la ciencia. Él mismo narra tal acontecimiento en su tratado Sidereus Nuncius, después de que, en su propias palabras, decidiera olvidar las cosas terrenales y dedicarse a las celestes. Desde el 30 de noviembre de 1609 y durante varios días, Galileo contempló admirado cómo variaban las sombras en la luna creciente, una prueba de que allí también había montañas. Era el comienzo de una frenética serie de observaciones que acabaría marcando un antes y un después en la historia de la astronomía.