¿Los primeros marinos?
El pasado mes de abril se dio a conocer en la revista Nature el hallazgo de una nueva especie humana, cuyos restos fueron localizados en 2007 en una gruta de Filipinas. El Homo luzonensis, como se la conoce, era de baja estatura y vivió hace unos 67.000 años en la isla de Luzón. El hombre de Callao –otro de los nombres que recibe– podría haber desaparecido hace solo 50.000 años, pero, según plantean algunos científicos, quizá tenga una estrecha relación con el aventurero Homo erectus.
La cuestión es que esta isla está habitada desde hace al menos 700.000 años –unas herramientas de piedra lo confirman–, pero nunca, en este tiempo, ha estado conectada al continente. Así, quienes la colonizaron debieron de cruzar la línea de Wallace, una especie de frontera natural que separa Asia de Oceanía y que funciona como una barrera para animales y plantas, ya que atravesarla resulta sumamente complejo, si no es a bordo de una embarcación. De hecho, la fauna y flora a ambos lados de ella son muy diferentes.
De alguna forma, los Homo erectus habrían alcanzado la isla. Algunos investigadores plantean que nuestros parientes evolutivos sabían cómo navegar. Otros, que llegaron a ella por accidente. En todo caso, tuvieron que adaptarse a vivir en un entorno en el que escaseaban los recursos, a no consumir tantos alimentos ni a emplear tanta energía. Con el tiempo, su tamaño se habría reducido, un fenómeno que se conoce como enanismo insular, y que podría haber dado origen al Homo luzonensis.