Los ‘milagros’ de los estados cuánticos
Sumamente frágiles y con una existencia subordinada a unas condiciones muy específicas, los estados cuánticos explican el mundo de lo más pequeño, un entorno extraño donde las reglas de la lógica parecen carecer de sentido, pero que, según los últimos estudios, pueden tener una enorme influencia en nuestras vidas.
n Entrelazamiento. Definido por Einstein como “una espeluznante acción a distancia”, este estado implica que algunas partículas, aunque separadas en el espacio, permanecen misteriosamente conectadas y reaccionan como si siguieran juntas. Esta noción entra en contradicción con la física clásica, que afirma que un objeto solo puede ser influenciado por lo que lo rodea.
n Dualidad onda-partícula. Los electrones pueden comportarse a la vez como partículas y como ondas. En realidad, no son ni una cosa ni la otra, sino algo que puede ser detectado en unas ocasiones como una onda y en otros contextos como una partícula, pero que no sabemos observar satisfactoriamente de ninguna otra forma.
n Efecto túnel. Las partículas pueden atravesar barreras aparentemente infranqueables en un fenómeno que se ha descrito casi como una teletransportación. Gracias a esta habilidad, los electrones son capaces de penetrar en zonas que, en teoría, no deberían poder atravesar.
n Superposición de estados. La velocidad y posición de una partícula en un instante no se puede conocer con exactitud. El mero hecho de intentar medir uno de estos valores obliga a la partícula a elegir un estado concreto entre la enorme variedad de estados en los que se puede encontrar. Según la teoría cuántica, mientras no se someta la partícula a un acto de medición, esta se halla en todos sus estados posibles a la vez.