El mundo visto desde arriba
Los hermanos Andrews (JP y Mike) son dos treintañeros británicos que viajan por el planeta para fotografiarlo con las cámaras de sus drones. Resultado: imágenes que parecen fascinantes cuadros abstractos con el color y la geometría como protagonistas.
En marzo de 2016, JP Andrews (32 años hoy) y su hermano Mike (30), dos inquietos británicos, llegaron al límite: su vida cotidiana los asfixiaba. Necesitaban aventura. Compraron billetes de avión solo de ida a Australia, con el objetivo de pasar un año deambulando por el outback, como se conoce al interior de ese país, una región semiárida –con partes de puro desierto– y apenas poblada que cubre alrededor de tres cuartas partes del territorio de la enorme isla. La experiencia les cambió la vida. A los seis meses de vagabundeo, decidieron comprar un dron con cámara y usarlo para fotografiar los increíbles lugares que descubrían.
Así comenzó una afición que los hermanos Andrews han convertido en profesión. Ahora viajan –además de Australia y los recorridos por su propio país, han visitado ya Francia, Bélgica, Suiza, España e Islandia, y la Antártida y Chernóbil figuran en sus planes– para hacer fotos aéreas con sus drones. No trabajan al azar. Buscan lugares que, vistos desde un ángulo cenital, semejen composiciones abstractas, geométricas. Lo de menos son los objetos o los accidentes geográficos capturados. Lo importante es la sensación que transmiten su disposición en el espacio y sus formas y colores, y “mostrar lo extraño y maravilloso que es el mundo visto desde arriba”, en palabras de Mike. Es por eso por lo que los autores de las fotos no dan datos de las localizaciones de sus imágenes –te aseguramos que buscarlas ha requerido esfuerzo–, a las que ponen títulos misteriosos (la que tienes justo a la derecha se llama Polka), y que venden en distintos formatos en su página web, abstractaerialart.com.