ASÍ ERAN LOS REPTILES ALADOS DE KEM KEM
No es fácil dar con restos de pterosaurios. Los huesos de estos extintos reptiles voladores, que dominaron los cielos del Mesozoico –mientras los dinosaurios hacían lo propio en tierra firme–, eran huecos y muy frágiles, por lo que no se suelen preservar bien. De hecho, no hay muchos en el registro fósil, y la mayoría de los que han ido apareciendo se encuentran aplastados y en malas condiciones. Por eso, el hallazgo de los despojos de cuatro especies en unas pocas semanas ha despertado vivamente el interés de la comunidad paleontológica.
Un equipo de investigadores de distintas instituciones coordinado por Megan Jacobs –una experta en geociencias de la Universidad Baylor, en Texas– ha dado cuenta del descubrimiento de tres de ellas en la revista Cretaceous Research. Ocurrió en el sur de Marruecos, en los llamados lechos de Kem Kem. En ese enclave, hace unos 100 millones de años, a mediados del Cretácico, prosperó una comunidad de estos animales que compartió un rico ecosistema fluvial con tortugas, cocodrilos, peces y dinosaurios carnívoros.
A partir de los fragmentos de mandíbulas, los científicos estiman que los especímenes tenían una notable envergadura alar, de entre tres y cuatro metros, y que probablemente eran capaces de recorrer grandes distancias en busca
de alimento –contaban con hileras de afilados dientes y se cree que eran mayormente piscívoros–, más o menos como hacen hoy en día los albatros o los cóndores.
UN RASTRO EVOLUTIVO GLOBAL. El descubrimiento aporta nuevos datos sobre la presencia de estos reptiles en África y su evolución en esa zona del mundo. Es más, los nuevos pterosaurios que han visto la luz en Kem Kem presentan un cierto parecido con los del género Anhanguera, hasta ahora solo conocido en Brasil,
con los Ornithocheirus de Asia central y el Reino Unido y con los Coloborhynchus localizados igualmente en Gran Bretaña.
Una cuarta especie hallada en Marruecos por paleobiólogos de la Universidad de Portsmouth y descrita asimismo en Cretaceous Research carecía de dientes, aunque contaba con una llamativa cresta y quizá presentaba unas dimensiones parecidas a las de las otras tres. Ha sido denominada Afrotapejara zouhrii, y a los investigadores no les ha pasado desapercibida su semejanza con otros ejemplares chinos y brasileños.