DESDE CERO A POSITIVO
El MuNDO DEl MOTOr SE uNE COMO uN ESlabóN MáS a la CaDENa
de industrias que actualmente viven uno de los momentos más intensos y dramáticos de su historia. Ventas desplomadas, proyectos paralizados y una cartera de clientes infectados por la depresión que supone el vaticinio inexacto de un futuro laboral incierto... y que además convive con el virus que tanto daño social y económico nos ha hecho y que amenaza con no despedirse a corto plazo.
Pero en la industria del automóvil no arrancamos con motores averiados, sino con unos propulsores obligados a parar cuando movían el engranaje en un momento lleno de optimismo y de futuro. En años anteriores se alcanzaron más de un millón doscientas mil unidades vendidas tras superar una crisis muy grave, como se ha comentado en otras ocasiones desde estas páginas. Es por ello por lo que partimos desde un cero positivo que nos permite mantener encendida una luz de optimismo. Salvar la industria no siempre es sinónimo de buscar nuevos caminos y tecnologías diferentes, sino de continuar con el cuaderno de trabajo que hizo parar y quedarse quieta un mes de marzo de 2020 a una de las sociedades con mayor energía de la humanidad.
No cabe duda de que el verdadero termómetro para valorar el estado de salud de la industria del automóvil son las fábricas: su ritmo, la capacidad de generar nuevos proyectos como el que gratamente hemos visto en la factoría del grupo PSA de Villaverde, en Madrid, con la llegada del Citroën C4 eléctrico, y que confirma que estas plantas que surten de coches a todos los continentes están cerca del cien por cien de su rendimiento. Es hora de ser optimistas y de conseguir convertir los ceros en números positivos y no solo a base de sueños e ilusiones.