‘VENTOSAS’ PARA ELIMINAR PROTEÍNAS MALIGNAS
EL POTENCIAL USO DE LOS LLAMADOS FÁRMACOS DEGRADADORES DE PROTEÍNAS EN EL CÁNCER DE PÁNCREAS PODRÍA EXTRAPOLARSE A OTRO TIPO DE TUMORES.
Para tratar el cáncer, los fármacos más utilizados son los inhibidores, que detienen la actividad de las proteínas implicadas en los tumores, lo que evita su progresión e incluso estimula su reducción. Sin embargo, pueden aparecer obstáculos que impiden cumplir su objetivo.
La biotecnóloga Cristina Mayor-Ruiz ha obtenido una ayuda de la Fundación Fero y la Asociación Española de Investigación contra el Cáncer para investigar otro tipo de terapias. Se trata de fármacos degradadores de proteínas, que, en principio, se van a estudiar para tratar específicamente el cáncer de páncreas. “Esta técnica utiliza compuestos que acercan dos cosas: una proteína maligna, importante para el desarrollo de un tumor, y la maquinaria que dirige la degradación de proteínas en nuestras células”, explica la experta. Si el desarrollo de este proyecto en tumores de páncreas llega a buen puerto, “cabe la posibilidad de que se extrapole a cualquier tipo de cáncer”, según Mayor-Ruiz.
“En los tratamientos oncológicos, si hablamos de farmacología pura, nos hemos centrado en desarrollar inhibidores. Se introducen en las cavidades de las proteínas –si las imaginamos de manera tridimensional–, y en eso son muy buenos”, señala esta biotecnóloga. Y añade que el problema es que “el 80% de las proteínas presentes en nuestras células no tienen dichas cavidades accesibles. Morfológicamente, son más parecidas a la forma de un balón de fútbol”.
Los fármacos degradadores salvarían esta barrera, puesto que “no necesitan ese modo de entrar; son capaces de pegarse a la proteína como si fueran una ventosa. Eso permite que podamos acceder a un abanico mucho más grande”, indica.
Otra de las diferencias respecto a los medicamentos tradicionales es el efecto que consiguen. “Mientras que los degradadores eliminan la proteína, los inhibidores se meten en medio de su actividad para tratar de anular su función, pero esta sigue existiendo”, puntualiza Mayor-Ruiz.