Aquellos perros no fueron antepasados de los actuales
Un equipo internacional encabezado por el paleontólogo ruso Nicolai D. Odov no cree que los cánidos de Goyet y Razboinichya sean los ancestros de los perros que aparecen después del Último Máximo Glacial –hace entre 26 500 y 19 000 años–. Consideran que esos cánidos eran perros incipientes que no persistieron lo suficiente como para formar linajes duraderos, ya que no se han encontrado restos de perros en lugares de Europa y Siberia ocupados durante el Último Máximo Glacial.
Las variaciones ecológicas causadas por el enfriamiento progresivo causaron, con toda seguridad, cambios en los patrones de asentamiento lo suficientemente graves como para haber interrumpido el proceso de domesticación, deteniendo la evolución de los perros totalmente domesticados. Los linajes continuos de perros surgieron en Europa, Oriente Medio y China al final del Último Máximo Glacial, en el Holoceno inferior. Alrededor de hace 14 000 años, los perros se habían convertido en un componente consistente de los asentamientos humanos y fueron sometidos a entierro deliberado e incluidos en tumbas humanas.