LOS PEQUEÑOS AMOS DEL PLANETA
Te apasionen o te den repelús, los insectos conforman un universo de diversidad biológica asombroso. No solo por su número –tocamos a doscientos millones de ejemplares por cabeza–, sino porque brindan un interminable catálogo de adaptaciones a todos los ecosistemas terrestres. Hasta la Antártida tiene el suyo: un mosquito no alado que sobrevive a temperaturas inferiores a los 10 ºC.
¿A qué se debe su éxito? En palabras de la autora de Terra insecta, la bióloga noruega Anne Sverdrup-Thygeson, “por ser diminutos, dúctiles y sexis”. O sea, pueden colarse por cualquier resquicio y tienen una portentosa capacidad de multiplicación. Con su ameno libro, Sverdrup-Thygeson nos hace mirar de otra manera a los bichos, acosados –hasta el 25% estarían hoy en peligro de extinción– por las actividades de quienes los llamamos despectivamente así.