Es la hora del cambio
Ya están aquí las vacunas contra la covid-19. Si su administración a la población discurre tal y como prevén los expertos, es muy probable que en el último trimestre de este año alcancemos lo que se conoce como inmunización de rebaño y que a lo largo de 2022 entremos en la ansiada era poscovid. Así pintarían las cosas al menos para los países desarrollados. Supondremos que la pandemia habrá quedado atrás, con sus cientos de millones de víctimas, entre muertos, familias rotas, gente arruinada y pacientes con secuelas y traumatizados. Y convencidos de que hemos recuperado la normalidad querremos disfrutar de ella, incluso la propasaremos para desahogarnos de tanto aislamiento, sufrimiento e incertidumbre. Las vacunas nos devolverán al estilo de vida que dejamos atrás, a antes de diciembre de 2019, mes en el que el virus SARS-CoV-2 se manifestó en la ciudad china de Wuhan. Pero ¿de verdad hay que recuperar aquella misma normalidad? ¿Aquella que medra de espaldas a la vida salvaje, a la biodiversidad, al cambio climático, a la desigualdad, al desarrollo sostenible? Apunta Marta Peirano en su sección Sala Bit, que “la cuestión de fondo es que estamos demasiado apegados al estilo de vida que nos lleva irremediablemente hasta ello”. Los humanos somos la especie más inteligente del planeta, pero preferimos morir de forma miserable antes que abandonar nuestra zona de confort. Y eso no es actuar con astucia. Es pues hora de que todos nos sentemos a pensar qué mundo queremos dejar a nuestros hijos y nietos.