LA RADIACTIVIDAD PODRÍA SER ESENCIAL PARA QUE HAYA VIDA EN LOS EXOPLANETAS ROCOSOS
AGUA LÍQUIDA, MOLÉCULAS ORGÁNICAS y la energía de una estrella situada a la distancia justa son algunos de los factores básicos para que un mundo similar al nuestro sea habitable. Ahora hay que añadir otro que no se tenía en cuenta, según una investigación de científicos de la Universidad de California en Santa Cruz: la existencia de elementos radiactivos en el núcleo del planeta durante su formación.
De acuerdo con los autores del trabajo, la lenta desintegración radiactiva de elementos pesados situados en el núcleo, como el torio y el uranio, genera un calentamiento interno que impulsa la tectónica de placas y es necesario para que el planeta cree un campo magnético, imprescindible para protegerse de los vientos solares y los rayos cósmicos y crear un entorno donde puede haber formas de vida. Francis Nimmo, profesor de Ciencias Planetarias y de la Tierra y principal autor del estudio, señala que “la convección en el núcleo metálico fundido de la Tierra crea una dinamo interna que genera el campo magnético del planeta. Eso es posible por la existencia de suficientes elementos radiactivos”.
El modelo sería aplicable a los exoplanetas rocosos similares al nuestro. La astrónoma Natalie Batalha, que ha participado en la investigación, indica que “ese calentamiento interno causa la tectónica de placas, que crea el ciclo del carbono y la actividad geológica como el vulcanismo, que produce una atmósfera. Y la capacidad de retener una atmósfera está relacionada con el campo magnético, que también es impulsado por el calentamiento interno”.
Estas son las condiciones y los pasos para catar como un maestro cervecero: - Dónde: espacio bien iluminado y ventilado, entre 20-22 ºC.
- Mesa: con una superficie blanca. - Materiales: un vaso limpio y seco para cada cerveza, agua mineral y galletas saladas para la recuperación de los sentidos entre cada catado.
Cada paso de la cata alude a un sentido:
vierte la cerveza en un vaso y observa el color del líquido y la espuma que se forma.
2. Olfato: identifica los aromas.
3. Gusto: mantén la cerveza en la boca para que se caliente y despliegue sus aromas en el paladar; tras tragar un sorbo, espira por la nariz para notar el retrogusto.