LOS SEUDOEMBRIONES DE LABORATORIO, ALTERNATIVA A LA EXPERIMENTACIÓN ANIMAL
Los embriones de ratón son un tesoro para la ciencia, porque sirven entre otras cosas para probar nuevos fármacos. Pero es difícil obtenerlos y observarlos cuando se implantan en el endometrio, donde sufren profundos cambios y crean los precursores de los órganos del futuro roedor. Todo sería más simple si desarrolláramos en el laboratorio estructuras similares a ciertas partes de los embriones, esas que acaban siendo tejidos nerviosos, óseos, cartilaginosos, musculares... Y no habría que experimentar con animales.
Es lo que han logrado investigadores del Instituto Max Planck de Genética Molecular, con sede en Berlín. Han cultivado células madre de ratón que han generado estructuras –foto– muy parecidas a los embriones de los roedores –aunque sin algunas de sus partes–, capaces de crear los tejidos que un día serán huesos, cartílagos, órganos internos... En suma: los investigadores han replicado en una placa de Petri algunas de las primeras fases del desarrollo embrionario.
MÁXIMO DETALLE. Los seudoembriones poseen un tubo neural a partir del cual surgiría la médula espinal, y estructuras llamadas somitas, que originan las células de los huesos, la piel y los músculos. Su desarrollo cesa a los cinco días, a diferencia de lo que sucedería en un embrión normal. Según Bernhard G. Herrmann, director del citado instituto alemán, “este modelo de desarrollo embrionario inicia una era. Nos permite observar la embriogénesis del ratón de forma directa, continua y con muchas muestras paralelas, algo imposible en el animal”. En un futuro, esto podría posibilitar la investigación de los efectos de los fármacos de manera más efectiva y a una escala imposible con seres vivos.