HACE 80 AÑOS
PRIMERA INYECCIÓN DE PENICILINA.
Las propiedades antibióticas de la penicilina –en la imagen, esporas de un hongo Penicillium captadas con un microscopio electrónico– habían sido descubiertas por Alexander Fleming en 1928, pero la búsqueda de bactericidas había derivado con los años hacia otro tipo de sustancias, como las sulfamidas o la lisozima. Aun así, el joven Norman Heatley logró purificarla y facilitar su producción a gran escala, dentro del equipo de Oxford que encabezaban Howard Walter Florey y Ernst Chain.
La primera aplicación de la penicilina como antibiótico en un ser humano tuvo lugar el 12 de febrero de 1941. Ese día, Florey se la inyectó al policía Albert Alexander, que presentaba una septicemia tras haberse arañado con un rosal. A los pocos días había remitido la fiebre, pero la producción del antibiótico era limitada, y aunque Chain trató de recuperarlo hasta de la orina del paciente, el tratamiento se suspendió y aquel falleció cuatro semanas después.