Detección preventiva
Incluso cuando no se dé ningún signo patente de deterioro cognitivo, existen en estudio novedosas técnicas para predecir futuros escenarios relacionados con el alzhéimer. Por ejemplo, un equipo de la Universidad de Rhode Island (EE. UU.) está usando retinografías a modo de ventana al cerebro. El objetivo es ver signos de esta enfermedad en nuestras retinas décadas antes de que cualquier síntoma empiece a manifestarse de manera clínica. Otro grupo de la Norwich Medical School (Inglaterra) están investigando cómo se desenvuelven personas con –y sin– riesgos genéticos de padecer alzhéimer cuando se mueven libremente en un entorno virtual. La empresa Winterlight Labs ha desarrollado un sistema para identificar potenciales procesos de demencia gracias a un algoritmo basado en machine
learning aplicado al lenguaje.
A pesar de estos loables avances, no dejan de ser bienintencionadas fotografías tomadas en un instante dado, en una población concreta y en un escenario fijo y controlado. En general, existe una queja entre la comunidad científica relacionada con la poca disponibilidad de estudios longitudinales en los que se siguiera la pista a la enfermedad a lo largo del tiempo, incluso durante varias generaciones.