Ocho consejos para gestionar la ecoansiedad
Vive más alineado con los valores ecológicos. Es posible llevar un modo de vida más “verde”, como comer menos carne, usar en menor medida el coche o comprar menos cosas.
Mejora la eficiencia energética de tu casa.
El consumo desmedido de energía es uno de los principales responsables del cambio climático. Es posible contribuir a reducirlo si mejoramos el aislamiento de los hogares o utilizamos sistemas de ahorro y eficiencia energética.
Viaja menos en avión.
Greta Thunberg es un ejemplo de lo que los suecos llaman flygskam, un término que se traduce como ‘vergüenza por volar’ y que se asocia a quien no quiere viajar en avión por su alto impacto ambiental.
No te sientas abochornado.
Si has decidido llevar una vida más ecológica, pero no puedes cumplir por completo tus aspiraciones, no debes avergonzarte. Además de que tal cosa no ayuda, hay que ser conscientes de que vivimos en un sistema que nos lleva a dañar el planeta.
Concentra tus esfuerzos en cambiar los sistemas.
No podemos llegar a donde queremos únicamente a través de la acción individual. Tus esfuerzos pueden tener un impacto mayor si trabajas con otros para presionar a los Gobiernos y las empresas.
Encuentra personas afines.
Forma parte de una comunidad de individuos con tus mismas ideas para expresar y compartir tus sentimientos de ecoansiedad.
Protege los espacios verdes locales. Involucrarse en proyectos para recuperar y cuidar los espacios naturales de nuestro entorno es bueno para nuestra salud física y mental y para el planeta.
Comenta tus logros.
Contar a las personas de nuestro entorno nuestras experiencias y los avances que conseguimos en el día a día nos hará sentir mejor y podrá contribuir a que más personas se involucren.