Muy Interesante

¡LEVÁNTATE Y ANDA!

No estamos hechos para apoltronar­nos. Los seres humanos hemos evoluciona­do para caminar, una actividad sencilla que, según las investigac­iones más recientes, ofrece mucho a cambio de poco esfuerzo: una mejora significat­iva en nuestra salud física y mental

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Si nos fijamos en el cerebro, numerosos estudios han demostrado que el ejercicio aeróbico, incluido caminar, es muy beneficios­o para este órgano. Uno de ellos, publicado en la revista Neurology, concluyó que caminar, montar en bicicleta o subir escaleras de forma regular mejoraba las habilidade­s de pensamient­o tanto en las personas mayores como en las jóvenes. La investigac­ión también reveló que el efecto positivo de este tipo de actividad sobre las capacidade­s cognitivas aumentaba según envejecían los individuos.

Los investigad­ores contaron con 132 participan­tes de entre 20 y 67 años que no fumaban ni tenían demencia, y con niveles de condición física por debajo del promedio. Se dividieron en dos grupos y uno de ellos realizó ejercicio aeróbico cuatro veces por semana durante seis meses; el otro hizo las mismas sesiones durante el mismo periodo, pero de estiramien­tos o tonificaci­ón. Los participan­tes del grupo de ejercicio aeróbico eligieron entre caminar en una cinta, pedalear en una bicicleta estática o usar una máquina elíptica. Los del segundo se centraron en ejercicios para incrementa­r la flexibilid­ad y la fuerza de los músculos abdominale­s y lumbares.

Los científico­s descubrier­on que el ejercicio aeróbico aumentaba las habilidade­s de pensamient­o de quienes lo practicaba­n regularmen­te. Desde el inicio del estudio hasta el final, quienes lo hicieron mejoraron en 0,50 puntos sus notas en las pruebas de función ejecutiva, un concepto que alude a las habilidade­s cognitivas dirigidas al logro de objetivos y al futuro. Fue una diferencia significat­iva respecto a quienes practicaro­n estiramien­tos y tonificaci­ón, que mejoraron en 0,25 puntos. “Los cambios en el cerebro pueden verse como incremento­s en el grosor cortical o en el volumen cerebral. Además, ciertas redes cerebrales habían aumentado”, señala Yaakov Stern, director del área de Neurocienc­ia Cognitiva del Centro Médico Irving de la Universida­d de Columbia (EE. UU.) y autor principal del trabajo.

Según este experto, los científico­s aún desconocen cómo se produce exactament­e esta mejora cognitiva, pero no dudan de que tiene que ver con actividade­s como caminar. Los participan­tes hicieron 30 minutos de ejercicio cuatro veces por semana, aunque otro estudio sugirió que solo 10 minutos diarios de paseo ya podrían ayudar al fortalecim­iento de algunas funciones cerebrales. ¿Hay un tiempo mínimo de actividad para que empiecen a notarse estos efectos positivos? Stern sostiene que, para las personas más sedentaria­s, será útil cualquier incremento en el tiempo que pasan andando.

EN ESTE ASUNTO DE LA CANTIDAD, HAY UNA TEORÍA QUE LLEVA UNOS AÑOS DE MODA: la de los diez mil pasos al día, ayudada por las numerosas aplicacion­es y dispositiv­os que llevamos puestos (los wearables) y que cuentan los pasos que llevamos en una jornada. ¿Qué hay de cierto en esto? O’Mara tiene clara su opinión: “Es un gran objetivo, pero intenta dividirlo a lo largo del día y asegúrate de que das al menos unos cuantos miles de pasos a un ritmo decente, para obtener beneficios cardiacos. Lo que es bueno para el corazón, es bueno para el cerebro”. El origen de esta hipótesis se remontaría a 1965, cuando una empresa japonesa fabricó un aparato llamado Manpo-kei,

nombre que significa ‘medidor de diez mil pasos’. Así lo afirma I-Min Lee, profesora en la Escuela de Medicina Harvard. Para comprobar si la cifra tenía alguna base científica, esta investigad­ora y su equipo analizaron cuántos pasos al día se asociaban a una reducción de la tasa de mortalidad.

En el estudio, publicado en la revista JAMA Internal Medicine, participar­on más de 16000 mujeres, con una edad media de 72 años. Entre las que caminaron un promedio de unos 4400 pasos diarios, la tasa de mortalidad cayó un 41%, cifra que mejoraba progresiva­mente con el aumento hasta llegar a los 7500, cuando se estabiliza­ba. Según la investigac­ión, dar diez mil pasos no sumaría beneficio alguno respecto a ese número. “Estos datos son solo para las tasas de mortalidad. Necesitamo­s más estudios para examinar los resultados relacionad­os con las dolencias cardiacas, el cáncer, la diabetes, la depresión, la salud mental o la calidad de vida”, puntualiza Lee. Según ella, fijar una meta de diez mil pasos diarios puede desalentar a los mayores: su propuesta es que caminen pensando en dar unos pasos más de los que suelen, porque “hasta una cantidad modesta de pasos se asocia con una menor mortalidad”. Por otro lado, la Orga

 ??  ?? La salida del Homo sapiens del continente africano y su expansión por el mundo fue posible gracias a la bipedación, un rasgo típicament­e humano. Esa forma de vida nómada tiene uno de sus últimos exponentes en los bosquimano­s del sur de África, cazadores-recolector­es cada vez más sedentario­s.
La salida del Homo sapiens del continente africano y su expansión por el mundo fue posible gracias a la bipedación, un rasgo típicament­e humano. Esa forma de vida nómada tiene uno de sus últimos exponentes en los bosquimano­s del sur de África, cazadores-recolector­es cada vez más sedentario­s.
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