¿Qué puede pasar si desaparece nuestra armadura magnética?
Daños por radiación. En esencia, viviríamos como si estuviéramos en el espacio exterior. Para hacernos una idea de lo que esto significa: en un hipotético viaje a Marte de tres años de duración, la probabilidad de que los astronautas desarrollen un cáncer es de entre el 3 % y el 5 %.
Adiós a la brújula. Sería inservible para la navegación. Los animales que usan el campo magnético para orientarse, como los pájaros migratorios, las ballenas o las mariposas monarca, tendrían dificultades. ¿Se adaptarán o desaparecerán?
Sobrecarga y mal funcionamiento. Las partículas de alta energía pueden destruir los componentes electrónicos no protegidos y provocar mal funcionamiento en los ordenadores. Estarían en peligro los satélites de comunicaciones y meteorológicos.
Desaparición del ozono. Aparecerían agujeros en la capa de ozono en distintos puntos del planeta, con el consiguiente aumento de la radiación ultravioleta.
Alteraciones en los sentidos. Si una partícula de alta energía golpea uno de los caminos neuronales de nuestro cerebro puede producirnos falsas sensaciones visuales o alteraciones en el olfato.