Escollos típicos del mundo real
Retos como frenar el cambio climático o enfrentarse a la pandemia no tienen nada que ver con los problemas que se emplean para medir la inteligencia en los test convencionales. Entre otras cosas, las dificultades de la vida tienden a lo siguiente:
Son cuestiones de vida o muerte.
Encienden nuestra respuesta emocional, hasta tal punto que las emociones, a veces, nos nublan la razón.
Están enmarcadas en contextos muy amplios, lo que significa que hay que tener en cuenta muchos conflictos de intereses.
Carecen de una sola respuesta correcta.
Carecen de cualquier indicación clara y exacta sobre cuál es el problema o su naturaleza.
Necesitan una solución colectiva, a menudo, con las aportaciones de personas de distinta formación e intereses.
Ofrecen solo vagos caminos hacia una solución. O, incluso, ninguna buena solución en apariencia.
Se desarrollan y necesitan ser solventados durante largos periodos de tiempo.
No es fácil darse cuenta de qué información es necesaria, ni dónde puede encontrarse.
Llegan cargadas de numerosos datos falsos o engañosos, a veces, manipulados a propósito para que sea más difícil dar con una solución válida.
Resolver estos retos precisa una mezcla de habilidades creativas, prácticas, analíticas y basadas en la sabiduría, que son los cimientos de lo que entendemos como inteligencia adaptativa.