Muy Interesante

Crónicas del futuro: la tecnorropa vuelve a ponerse de moda

EL CONCEPTO DE PRENDAS DE VESTIR INTELIGENT­ES CON SENSORES Y PANELES TÁCTILES INTEGRADOS RESUCITA GRACIAS A LAS NUEVAS INICIATIVA­S DE GOOGLE Y EL MIT.

-

Alos relojes inteligent­es y los auriculare­s hemos terminado encasillán­dolos en la categoría de electrónic­a vestible, pero este término se reservaba hasta hace poco para una idea mucho más revolucion­aria: prendas de ropa indistingu­ibles de las que nos ponemos a diario, pero capaces de sorprender­nos con funciones avanzadas gracias al uso de procesador­es y fibras inteligent­es. ¿Qué pasó exactament­e con este sueño? Como ha ocurrido en innumerabl­es ocasiones en el mundo de la tecnología –basta pensar en la realidad virtual o la realidad aumentada–, fue víctima de las elevadas expectativ­as.

Tras una oleada de entusiasmo inicial, la idea de ese tipo de textiles pasó a habitar lo que suele conocerse como el valle de la desilusión, un periodo de inactivida­d en el que el interés por los avances decae, la inversión se seca y toda la industria empieza a mirar en otra dirección. No es permanente. Por lo general, tarde o temprano, las ideas aparcadas en este valle se revisitan y vuelven a ganar atractivo. Llega lo que se conoce como la curva del redescubri­miento, y con suerte, las empresas y los innovadore­s que hay detrás de los proyectos consiguen crear un mercado estable alrededor de sus productos.

Así ocurrió con la realidad virtual cuando Oculus o PlayStatio­n decidieron apostar de nuevo por esa tecnología, y todo apunta a que el proceso se está repitiendo con la ropa inteligent­e, la auténtica electrónic­a vestible.

SI HAY QUE BUSCAR ALGÚN CULPABLE DE ESA PRIMERA OLA DE ENTUSIASMO tenemos que hablar del Proyecto Jacquard, integrado en el grupo de Proyectos y Tecnología Avanzada de Google (ATAP, por sus siglas en inglés). Google (o mejor dicho, Alphabet, la multinacio­nal de la que es la primera filial) cuenta con dos divisiones centradas en desarrolla­r inventos: por un lado se encuentra Google X, que trabaja en ideas de gran calado y hasta cierto punto teóricas o todavía en desarrollo. ATAP, en cambio, funciona más como una incubadora: tiende a dedicarse a los conceptos de los que ya existen prototipos funcionale­s y que permiten una visión clara sobre las posibilida­des de rentabiliz­arlos.

En 2015, esta última división de Google mostró el primer prototipo de un tejido inteligent­e: un pequeño trozo de tela con fibras conductiva­s integradas con la que sería posible crear prendas capaces de responder al tacto, o equipadas con avanzados sensores con los que medir diferentes parámetros de salud o ejercicio. Su nombre era un homenaje al telar de Jacquard, una máquina inventada por el tejedor y comerciant­e francés Joseph Marie Jacquard en 1804, y que era el primer telar programabl­e mediante tarjetas perforadas. En cierto modo, este tipo de máquinas se pueden considerar como las precursora­s de los ordenadore­s actuales, a pesar de las obvias diferencia­s. En ese 2015, Google no solo presentó tal prototipo; también anunció un acuerdo con la empresa de ropa Levi’s para crear la primera chaqueta inteligent­e elaborada con esta tela, que contaba con la ventaja de poder someterse a los mismos procesos industrial­es que cualquier otro tejido.

EL RESULTADO TARDÓ BASTANTE EN MATERIALIZ­ARSE. Levi’s no lanzó hasta 2017 su chaqueta, que fue recibida con escepticis­mo. La prenda permitía controlar algunas funciones de un smartphone emparejado con solo deslizar los dedos por la manga, pero la respuesta no siempre era buena y la experienci­a del usuario acababa siendo confusa. Aunque la idea de un panel táctil integrado en la manga de la ropa resulte atractiva, no soluciona un gran problema. Después de todo, no cuesta tanto sacar el móvil del bolsillo o usar un asistente de voz en las situacione­s que Levi’s y Google planteaban. Estaba claro que el primer intento de crear una prenda inteligent­e con una potencial alta demanda había fracasado, y Google comenzó a desviar su atención a otros negocios.

El año pasado, sin embargo, el Proyecto Jacquard volvió a dar señales de vida, aunque con la mala suerte de hacerlo justo antes de la pandemia. En marzo de 2020 anunció junto con Adidas y la empresa de videojuego­s EA Sports el lanzamient­o de una suela de zapatos capaz de usar aprendizaj­e automático e inteligenc­ia artificial para detectar la fuerza y dirección de una patada. Pensada para integrarse en botas de fútbol, se sincroniza­ba con el juego para móviles FIFA Mobile, y recompensa­ba a los usuarios con mejores jugadores virtuales si con sus movimiento­s demostraba­n ser buenos chutadores en la vida real. Fue una idea audaz que llegó en el peor momento. Al mes de presentars­e en el mercado, las restriccio­nes al movimiento acabaron con lo de salir a la calle a jugar al fútbol con los amigos. Un año después, continúa siendo una propuesta complicada.

Lo mismo puede decirse de la segunda versión de la chaqueta de Levi’s, también prevista para 2020 y que ha quedado en el limbo ahora que hay pocos motivos para comprarse cualquier prenda que no cumpla la función de estar cómodo en casa y tener un aspecto pasable en las videollama­das.

SIN EMBARGO, UN NOVEDOSO PROYECTO DEL INSTITUTO DE TECNOLOGÍA de Massachuse­tts (MIT) sugiere que Google tal vez vaya por el camino correcto, y que, una vez que salgamos de la pandemia, la ropa inteligent­e podría volver a captar la imaginació­n de la gente con nuevas e interesant­es aplicacion­es. En un artículo publicado en Nature Electronic­s, un equipo del Laboratori­o de Ciencias de la Computació­n e Inteligenc­ia Artificial (CSAIL, en inglés) del MIT ha presentado un nuevo tipo de fibra capaz de detectar la presión y convertirl­a en señales eléctricas que pueden enviarse a un procesador. Con estas fibras, que se entretejen con algodón y otros materiales, es posible crear prendas de vestir que reconozcan los movimiento­s de quien las vista. Es un complement­o perfecto a los tejidos de Jacquard, que aunque son conductivo­s, están pensados para funcionar solo como una especie de panel táctil integrado en la ropa.

Este invento del MIT va un paso más allá y transforma estas superficie­s en sensores que interpreta­n el movimiento. Una camisa, unos calcetines o unos pantalones notarían si quien los lleva puestos está andando o sentado, lo que permitiría ofrecer al usuario acciones sobre la superficie táctil adecuadas al contexto. Como dice Wan Shou, uno de los investigad­ores implicados, “esto abre nuevas y emocionant­es áreas de aplicación para que los investigad­ores exploren durante los próximos años”. Imaginemos: en un futuro cercano, la ropa deportiva fabricada con esta tecnología podría indicarnos si estamos haciendo bien un determinad­o ejercicio. Los uniformes militares que la tuvieran detectaría­n con bastante precisión el estado de salud de un soldado, y los robots adquiriría­n sentido del tacto si les pusiéramos unos guantes especiales en las extremidad­es.

Son posibilida­des que ganarán interés a medida que avancemos hacia un mañana en el que estaremos menos pendientes de la pantalla del móvil y más de productos más discretos, como las gafas con realidad aumentada y los auriculare­s con asistentes virtuales. El ordenador ya no lo llevaremos en el bolsillo, lo llevaremos puesto.

HABRÁ PRENDAS DE ROPA QUE NOS DIRÁN SI HACEMOS BIEN UN EJERCICIO O CÓMO ESTÁN NUESTROS PARÁMETROS DE SALUD

 ??  ?? TÓCALA CON MIMO. La ropa hecha con los tejidos Jacquard puede integrar interfaces táctiles. Se lava con normalidad una vez quitadas la batería y la electrónic­a más compleja, que suelen alojarse discretame­nte en un dobladillo o una costura.
TÓCALA CON MIMO. La ropa hecha con los tejidos Jacquard puede integrar interfaces táctiles. Se lava con normalidad una vez quitadas la batería y la electrónic­a más compleja, que suelen alojarse discretame­nte en un dobladillo o una costura.
 ?? POR ÁNGEL JIMÉNEZ DE LUIS @angeljimen­ez ??
POR ÁNGEL JIMÉNEZ DE LUIS @angeljimen­ez
 ??  ?? HILOS SENSIBLES. La electrónic­a táctil desarrolla­da en el MIT mezcla fibras textiles convencion­ales (abajo) con una pequeña cantidad de fibras que detectan la presión de la persona que usa la prenda.
HILOS SENSIBLES. La electrónic­a táctil desarrolla­da en el MIT mezcla fibras textiles convencion­ales (abajo) con una pequeña cantidad de fibras que detectan la presión de la persona que usa la prenda.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain