LA NASA QUIERE PROPULSORES NUCLEARES
Los viajes a Marte y más allá se acortarían y abaratarían si las naves tuvieran propulsores nucleares, más eficaces que los actuales cohetes químicos. Funcionarían transfiriendo calor del reactor a un propulsor líquido, que se convertiría en gas y se expandiría a través de una boquilla para dar empuje. Los expertos estiman que el trayecto al planeta rojo llevaría así de tres a cuatro meses, más o menos la mitad que ahora. Esta es la razón de que la NASA y el Departamento de Energía estadounidense –DOE, por sus siglas, en inglés– hayan elegido tres propuestas de prototipos de reactores de propulsión térmica nuclear, que usarían como combustible uranio poco enriquecido de alto rendimiento.
Cada uno de los proyectos escogidos –en los que trabajan varias empresas en colaboración– contará con un año y cinco millones de dólares (4,2 millones de euros) de fondos públicos para crear un diseño de propulsor nuclear. El DOE valorará los resultados y a partir de ellos recomendará a la NASA qué acciones seguir para el desarrollo de estos motores, que podrían facilitar el objetivo estadounidense de enviar astronautas y carga a Marte a lo largo de la próxima década.
RUSIA NO SE QUEDA ATRÁS. Otros participantes en la carrera espacial se han fijado también en la propulsión nuclear. Los rusos están desarrollando un prototipo de nave llamado Zeus, pensado con tres objetivos en mente: la Luna, Venus y Júpiter. El vehículo podría despegar hacia 2030, según ha anunciado la agencia ITAR-TASS; lograría transportar cargas pesadas; y sería como una especie de planta de energía nuclear a pequeña escala.