3 nanocuriosidades
* Los virus son nanopartículas de origen natural y tenemos trillones de ellos en nuestro cuerpo. Se sabe que alrededor del 8 % del genoma humano se deriva de secuencias similares a los retrovirus infecciosos. Son los retrovirus endógenos humanos (HERV), cuya existencia se conoce desde hace muchos años. Los HERV son nuestra herencia e historia: restos virales ancestrales que se fijaron en el ADN y pasaron de una generación a otra. Se trata de reliquias de infecciones antiguas que afectaron a los primates a lo largo de los últimos 100 millones de años. * Las nanopartículas tienen una historia sorprendentemente larga. Además de virus, las de origen natural incluyen proteínas o polisacáridos, y compuestos inorgánicos como oxihidróxidos de hierro, aluminosilicatos o metales. Se crean por meteorización, erupciones volcánicas, incendios forestales o procesos microbianos. Ahora también las producen laboratorios de síntesis, pero han existido en la naturaleza durante mucho tiempo. Tanto que ya se usaban hace más de 4500 años para reforzar matrices cerámicas con nanofibras de amianto natural, como constata el artículo El fascinante mundo de la investigación de nanopartículas, publicado en la revista científica Materials Today. * A escala nano, el tamaño importa y mucho. Tanto es así, que las propiedades de los nanomateriales son diferentes de las que tiene el material original de mayor tamaño. Su composición química y sus cualidades morfológicas y de superficie determinan sus características. Además, las propiedades varían también entre diferentes nanoformas que adopta la misma sustancia. Estas modificaciones pueden provocar cambios en las propiedades químicas y energéticas, en la reactividad y en sus actividades fotocatalíticas. Asimismo, pueden alterar su nivel de toxicidad y comportamiento.