¿Podemos saber si una máquina es consciente?
Los especialistas no tienen claro que las máquinas puedan llegar a ser conscientes, ni tampoco que podamos saberlo en el caso de que lo fueran. Depende de qué se considere consciencia. Si esta es una ilusión creada por los procesos cerebrales, las máquinas que replican dichos procesos serían conscientes de igual forma que nosotros. ¿Cómo saberlo? El filósofo Daniel Dennett cree que un test de Turing, en el que una máquina debe convencer a un interrogador humano de que es consciente, debería bastar si se hace “con el vigor, la agresividad y la inteligencia adecuados”.
Michael Graziano, de la Universidad de Princeton, piensa que
podríamos adoptar un enfoque más directo. Su hipótesis del esquema de atención considera la consciencia como un modelo simplificado del cerebro sobre su propio funcionamiento, una representación de cómo ve las cosas. Y cree posible construir una máquina que posea un modelo autorreflexivo similar. Para él, la consciencia podría aparecer en cualquier máquina o software.
Anil Seth, de la Universidad de Sussex (Reino Unido), no está tan seguro. “Sigue siendo una incógnita si la consciencia es independiente del sustrato”, afirma. Según cree, para empezar, habría que determinar si la máquina contiene alguna estructura análoga a las del cerebro que sabemos implicadas en la consciencia. Identificar la consciencia en un robot puede ser más fácil si se aplica la teoría de la información integrada (ver el recuadro Modelos de consciencia). Implicaría asegurar que phi, una cantidad que indica el grado de integración de la información dentro del sistema, es mayor que cero. En la práctica, calcular el valor de phi solo es posible en los sistemas computacionales más simples: saber si una máquina es consciente estaría muy por encima de nuestras capacidades.
Phil Maguire, científico computacional de la Universidad Nacional de Irlanda, va más allá. Señala que “las máquinas están formadas por componentes que pueden analizarse de forma independiente, por sistemas desintegrados que se entienden sin necesidad de recurrir a la consciencia”. En otras palabras, no pueden ser conscientes. Selmer Bringsjord, del Instituto Politécnico Rensselaer (Nueva York), está de acuerdo, pero por razones diferentes. Cree que nuestra sensación de consciencia es el resultado de algo inmaterial, y que los robots nunca poseerán esta esencia.