¿El universo es consciente?
Para algunos, es una pregunta sin sentido. Otros no descartan la cuestión. La teoría de la información integrada (TII) plantea que cualquier sistema físico puede ser consciente. Una métrica llamada phi mide la cantidad de información integrada que posee un sistema, y cualquiera con un phi algo mayor que cero es consciente. Eso incluiría, por ejemplo, un termostato, que podría ser consciente de estar encendido o apagado. Los defensores de la TII se inclinan por el panpsiquismo, la idea de que todo en el universo es consciente, incluido, posiblemente, el propio cosmos.
El pasado febrero, el matemático Johannes Kleiner, de la Universidad de Múnich (Alemania), y el científico computacional Sean Tull dieron un paso más en esta hipótesis. Publicaron lo que llaman la estructura matemática de la TII. Identificaron el espacio matemático que describe los estados de los sistemas físicos, por un lado, y el espacio matemático que describe las experiencias que pueden tener los sistemas físicos, por otro. A continuación, desarrollaron un algoritmo para asignar los elementos de un espacio al otro. Si la TII dice que un sistema físico es consciente porque su phi es mayor que cero, esta nueva matemática permite asignar su estado físico a una experiencia.
Entonces, ¿el cosmos es consciente? Según Kleiner, lo interesante es que esta pregunta aparentemente absurda es planteable según los parámetros matemáticos de la TII: “Si eres capaz de describir el estado del universo, las matemáticas te podrían dar la respuesta”. Desgraciadamente, añade, por ahora esos cálculos solo son posibles para los sistemas más básicos. El filósofo Kelvin McQueen, de la Universidad de Chapman (California), se muestra más escéptico sobre la TII y sus implicaciones para el panpsiquismo. Según dice, el panpsiquismo surgió porque algunos filósofos buscaron la naturaleza intrínseca del mundo material y no encontraron nada. Según McQueen, lo más probable es que el universo no sea consciente, aunque esté repleto de entidades que lo son.