Enfermedades más comunes de la visión de un perro
Las patologías más frecuentes que se ven en cualquier clínica veterinaria de asistencia primaria son las relacionadas con pequeñas heridas y úlceras en la córnea producidas, por ejemplo, cuando el perro se mete entre arbustos o cuando se intenta rascar el ojo. Las úlceras corneales tienen buen pronóstico si se consigue evitar la infección. El tratamiento adecuado consigue minimizar las cicatrices y evitar la pérdida de visión. En este caso y en muchos otros, al igual que ocurre con las personas, el diagnóstico precoz es la mejor forma de obtener buenos resultados con el tratamiento. Muchas veces, el picor en el ojo que provoca que el perro se rasque, llegando a producirse lesiones, está originado por una conjuntivitis no tratada en su momento. Para evitar el problema, lo mejor es acudir al veterinario cuando el perro llore más de lo habitual y trate de rascarse los ojos con las patas o frotándose la cara con algunos muebles.
La realidad es que muchas patologías oculares que padecemos las personas también pueden darse en nuestros perros: cataratas, glaucoma, queratitis… y, en la mayoría de las ocasiones, el tratamiento a seguir es muy similar. Cada vez es más frecuente encontrar perros, generalmente de edad avanzada, que han sido operados de cataratas (la pérdida de transparencia del cristalino, la lente que está dentro del ojo y ayuda a ver mejor) y han recuperado la visión de forma notable. También los perros pueden sufrir como nosotros de miopía o hipermetropía. Sin embargo, son dos problemas que para la mayoría de los canes son de muy poca importancia y, como ya hemos mencionado en el artículo, suelen solventarlos gracias al oído y al olfato.