Radiografía a la falta de adherencia a los tratamientos
LA MITAD DE LOS PACIENTES CRÓNICOS NO CUMPLE CON SUS PAUTAS DE MEDICACIÓN. ¿POR QUÉ ES TAN FRECUENTE? Y SOBRE TODO, ¿QUÉ CONSECUENCIAS ACARREA ESTE PROBLEMA?
La Organización Mundial de la salud (OMS) define la adherencia a los tratamientos —adherencia terapéutica—como el grado en que la conducta de un paciente relacionado con la toma de medicación, seguimiento de una dieta o cambio de hábitos de vida se corresponde con las recomendaciones o indicaciones acordadas por el profesional sanitario. Hasta ahí, la teoría. La práctica dice que España tiene en su cumplimiento un problema no solo sanitario, sino social… y económico.
Las cifras, como el algodón, no engañan. Según los estudios, se estima que más del 50 % de los pacientes con enfermedades crónicas en España no cumple con el tratamiento. Ello, trasladado a sus repercusiones, indicaría «un coste aproximado de 10 500 millones de euros al sistema sanitario y en torno a 10 000 muertes que podrían haberse evitado», apunta a MUY INTERESANTE Julián Navas, miembro del Centro de Información del Medicamento del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Valencia.
Según detalla Navas, la no adherencia a los tratamientos es multifactorial, siendo la edad del paciente uno de los primeros aspectos a valorar. «Los jóvenes y adultos menores de 50 años junto con los ancianos mayores de 70 son los mayores incumplidores», recalca este farmacéutico. También es importante la percepción de la propia enfermedad. «Las que se perciben como peligrosas o mortales tienen unos índices de cumplimiento altísimos, mientras que en aquellas en las que no percibimos un riesgo inmediato los índices de no adherencia aumentan», detalla. Por ejemplo, patologías como el VIH y el cáncer presentan tasas de adherencia entre el 70 y 80 %; en cambio, la adherencia a los tratamientos de una enfermedad tan común como el asma es tan solo de un 30 %. Y, si hablamos de enfermedades psiquiátricas, tan solo el 25 % de la población en tratamiento cumple con él.
IGUALMENTE, LA NO ADHERENCIA SE PUEDE CLASIFICAR SEGÚN LA INTENCIONALIDAD Y/O LA FASE EN LA QUE SE ENCUENTRE EL TRATAMIENTO. Así, la intencionalidad puede ser activa —el paciente es consciente de la acción— o pasiva —el paciente, sin pretenderlo no cumple—.
La no adherencia también se puede clasificar desde el punto de vista de la temporalidad. Es decir, si tan siquiera el paciente incumplidor ha iniciado el tratamiento o bien si decide finalizarlo antes de completar la pauta.
Hasta aquí, las causas. Respecto a las soluciones, Navas recuerda que «cada persona es un mundo y los métodos generales no suelen ser muy eficaces». En este sentido, muchas de las estrategias o herramientas tienen origen o pasan por una oficina de farmacia y sus profesionales. Por ejemplo, «realizar una entrevista al paciente en el momento de la entrega de la medicación para conocer sus puntos fuertes y debilidades respecto al conocimiento del tratamiento y su administración», recuerda este farmacéutico. De este análisis dependerán las siguientes actuaciones. Así, en el abanico de ellas se pueden situar la preparación de sistemas personalizados de dosificación o el uso del Tratamiento Observado Directamente. e