Con permiso previo
Está claro que se avecina un cambio de paradigma para los anunciantes, que son en definitiva quienes mantienen el negocio de internet en marcha, con el permiso de los proveedores de acceso. Se tomen las decisiones que se tomen, las cookies se acaban y parece que a partir del apagón no va a ser tan fácil poder dirigirse con el mensaje personalizado al público al que se quiere llegar en cada momento.
Así como una parte de los actores del sector ha decidido bloquearlas sin alternativa, al menos de forma momentánea, Google ha optado por establecer el sistema de Topics actualmente en desarrollo bajo Privacy Sandbox.
Pero hay otras aproximaciones, desde quienes apuestan por una vuelta a la importancia del mensaje publicitario en sí mismo hasta los que resucitan el consentimiento previo.
Pero quien va ganando puntos y está agrupando a su alrededor a grandes firmas del sector — desde The Washingoton Post y su entorno de más de cien editores de medios hasta Nielsen— es el conocido como Unified ID 2.0, identidad unificada. Básicamente, se trata de identificar a los usuarios de internet por su dirección de correo electrónico anonimizada. Esa dirección es la llave de entrada, la identificación del usuario, a quien se le pide junto con su correo electrónico el permiso explícito para crear con él su identificador UID2 (Unified ID 2.0). Mientras el sistema de cookies de tercera parte era pasivo para el usuario, es decir, su navegación estaba siendo monitorizada sin su autorización expresa, ahora hará falta — si se establece como el estándar— la autorización previa del usuario.
Para los que lleven años en el sector, sería el equivalente al Permission marketing de los 90 que ha quedado como obligatorio a partir del Reglamento General de Protección de Datos: «si no me lo permites, no te mando la información que te interesa».