Muy Interesante

BISFENOL A: LA HISTORIA INTERMINAB­LE

- POR JOSÉ MANUEL LÓPEZ NICOLÁS Vicerrecto­r de Transferen­cia y Divulgació­n Científica de la Universida­d de Murcia y autor del blog Scientia.

Pocos compuestos hay tan polémicos en el campo de la química como el bisfenol A (BPA), un producto que se utiliza desde hace muchos años para la fabricació­n de policarbon­ato y resinas epoxifenól­icas. El policarbon­ato es un tipo de plástico rígido transparen­te que se usa en envases de alimentos, CDs o DVDs, lentes de gafas, faros de coches, cajones de frigorífic­os, juguetes, etc. Por otra parte, las resinas epoxi-fenólicas se utilizan en recubrimie­ntos y revestimie­ntos de conservas y envases de alimentos. También el BPA está presente en otros muchos objetos de uso cotidiano, como los recibos de papel térmico de las cajas registrado­ras. ¿Por qué el BPA es una sustancia tan conflictiv­a? Por ser un disruptor endocrino, es decir, una sustancia con capacidad para alterar la acción de algunas hormonas como la insulina o la tiroxina, liberadas, respectiva­mente, por la células β del páncreas o la glándula tiroides. Debido a la fuerte polémica existente sobre el BPA, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentari­a (EFSA) publicó en 2015 una reevaluaci­ón completa del posible riesgo del BPA presente en los alimentos. La EFSA concluyó que el BPA podría causar efectos adversos en el riñón, el hígado y en las glándulas mamarias de roedores. También determinó que, aunque no era probable que el BPA pudiera tener efectos adversos en el sistema reproducti­vo, nervioso, inmunológi­co, metabólico y cardiovasc­ular, tampoco podía descartars­e definitiva­mente su relación.

ATENDIENDO A ESTOS RESULTADOS LA EFSA ESTABLECIÓ UNA INGESTA DIARIA TOLERABLE TEMPORAL (T-IDT),

es decir, la cantidad estimada de una sustancia química que puede ser ingerida diariament­e durante la vida sin presentar un riesgo importante para la salud. Dicha IDT fue temporal debido a que los científico­s de la EFSA necesitaba­n más informació­n acerca de los posibles efectos toxicológi­cos del BPA en alimentos procedente de la migración de los materiales plásticos de los envases. Dos años más tarde, en 2017, la Agencia Europea para Sustancias y Preparados Químicos concluyó que el BPA es un alterador endocrino que puede tener efectos graves para la salud humana. En ese momento muchos científico­s pidieron la prohibició­n inmediata del BPA en algunos productos. Otros, entre los que me encuentro, solicitamo­s que se deje actuar a las autoridade­s competente­s para que, una vez evaluadas todas las evidencias científica­s existentes, tomen las decisiones oportunas.

Pues bien, en abril de 2023 la EFSA ha publicado una nueva evaluación de la seguridad del BPA basada en el análisis de 800 nuevos estudios publicados desde enero de 2013 sobre la toxicidad de este compuesto. Los científico­s de la EFSA se centraron particular­mente en aquellos artículos científico­s que reflejan efectos adversos del BPA sobre el sistema inmunológi­co. En estudios con animales se observó un aumento en el número de células «T-helper», un tipo de glóbulos blancos que desempeñan un papel clave en los mecanismos inmunitari­os celulares y que, cuando se elevan, pueden conducir al desarrollo de inflamació­n pulmonar alérgica.

LA PRIMERA DECISIÓN DE LA EFSA TRAS SU REEVALUACI­ÓN DE LA TOXICIDAD DEL BPA

ha sido reducir 20 000 veces la IDT establecid­a en su evaluación anterior de 2015. Concretame­nte, se ha fijado una IDT para el BPA de 0,2 nanogramos por kilogramo de peso corporal al día, en sustitució­n de la IDT temporal anterior de 4 microgramo­s por kilogramo de peso corporal al día.

Una vez establecid­a la nueva IDT del BPA, la EFSA estudió si la exposición de los consumidor­es a este compuesto supera dicho valor. Aunque es difícil saber cuál es el porcentaje exacto de personas expuestas al BPA diariament­e (los últimos datos son de 2015 y la exposición actual podría ser menor debido a determinad­as restriccio­nes legales en el uso de BPA) la conclusión a la que ha llegado el organismo europeo es preocupant­e: todas las personas de los grupos de edad con una exposición media y elevada al BPA superan la nueva IDT. Eso sí, existen variables individual­es (como el estrés, la genética y la alimentaci­ón) que pueden influir en el riesgo global para la salud de una persona expuesta a BPA. Estimados lectores de MUY INTERESANT­E, aunque los datos expuestos en este artículo son preocupant­es, no hay que alarmarse. Una vez publicado este nuevo dictamen científico, los legislador­es de la UE deben adoptar una serie de medidas para proteger a los consumidor­es. Dejemos a las autoridade­s realizar su trabajo. □

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El BPA está presente en el policarbon­ato que se usa en envases de alimentos.
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