BISFENOL A: LA HISTORIA INTERMINABLE
Pocos compuestos hay tan polémicos en el campo de la química como el bisfenol A (BPA), un producto que se utiliza desde hace muchos años para la fabricación de policarbonato y resinas epoxifenólicas. El policarbonato es un tipo de plástico rígido transparente que se usa en envases de alimentos, CDs o DVDs, lentes de gafas, faros de coches, cajones de frigoríficos, juguetes, etc. Por otra parte, las resinas epoxi-fenólicas se utilizan en recubrimientos y revestimientos de conservas y envases de alimentos. También el BPA está presente en otros muchos objetos de uso cotidiano, como los recibos de papel térmico de las cajas registradoras. ¿Por qué el BPA es una sustancia tan conflictiva? Por ser un disruptor endocrino, es decir, una sustancia con capacidad para alterar la acción de algunas hormonas como la insulina o la tiroxina, liberadas, respectivamente, por la células β del páncreas o la glándula tiroides. Debido a la fuerte polémica existente sobre el BPA, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) publicó en 2015 una reevaluación completa del posible riesgo del BPA presente en los alimentos. La EFSA concluyó que el BPA podría causar efectos adversos en el riñón, el hígado y en las glándulas mamarias de roedores. También determinó que, aunque no era probable que el BPA pudiera tener efectos adversos en el sistema reproductivo, nervioso, inmunológico, metabólico y cardiovascular, tampoco podía descartarse definitivamente su relación.
ATENDIENDO A ESTOS RESULTADOS LA EFSA ESTABLECIÓ UNA INGESTA DIARIA TOLERABLE TEMPORAL (T-IDT),
es decir, la cantidad estimada de una sustancia química que puede ser ingerida diariamente durante la vida sin presentar un riesgo importante para la salud. Dicha IDT fue temporal debido a que los científicos de la EFSA necesitaban más información acerca de los posibles efectos toxicológicos del BPA en alimentos procedente de la migración de los materiales plásticos de los envases. Dos años más tarde, en 2017, la Agencia Europea para Sustancias y Preparados Químicos concluyó que el BPA es un alterador endocrino que puede tener efectos graves para la salud humana. En ese momento muchos científicos pidieron la prohibición inmediata del BPA en algunos productos. Otros, entre los que me encuentro, solicitamos que se deje actuar a las autoridades competentes para que, una vez evaluadas todas las evidencias científicas existentes, tomen las decisiones oportunas.
Pues bien, en abril de 2023 la EFSA ha publicado una nueva evaluación de la seguridad del BPA basada en el análisis de 800 nuevos estudios publicados desde enero de 2013 sobre la toxicidad de este compuesto. Los científicos de la EFSA se centraron particularmente en aquellos artículos científicos que reflejan efectos adversos del BPA sobre el sistema inmunológico. En estudios con animales se observó un aumento en el número de células «T-helper», un tipo de glóbulos blancos que desempeñan un papel clave en los mecanismos inmunitarios celulares y que, cuando se elevan, pueden conducir al desarrollo de inflamación pulmonar alérgica.
LA PRIMERA DECISIÓN DE LA EFSA TRAS SU REEVALUACIÓN DE LA TOXICIDAD DEL BPA
ha sido reducir 20 000 veces la IDT establecida en su evaluación anterior de 2015. Concretamente, se ha fijado una IDT para el BPA de 0,2 nanogramos por kilogramo de peso corporal al día, en sustitución de la IDT temporal anterior de 4 microgramos por kilogramo de peso corporal al día.
Una vez establecida la nueva IDT del BPA, la EFSA estudió si la exposición de los consumidores a este compuesto supera dicho valor. Aunque es difícil saber cuál es el porcentaje exacto de personas expuestas al BPA diariamente (los últimos datos son de 2015 y la exposición actual podría ser menor debido a determinadas restricciones legales en el uso de BPA) la conclusión a la que ha llegado el organismo europeo es preocupante: todas las personas de los grupos de edad con una exposición media y elevada al BPA superan la nueva IDT. Eso sí, existen variables individuales (como el estrés, la genética y la alimentación) que pueden influir en el riesgo global para la salud de una persona expuesta a BPA. Estimados lectores de MUY INTERESANTE, aunque los datos expuestos en este artículo son preocupantes, no hay que alarmarse. Una vez publicado este nuevo dictamen científico, los legisladores de la UE deben adoptar una serie de medidas para proteger a los consumidores. Dejemos a las autoridades realizar su trabajo. □