Tratamiento del autismo
Existen corrientes de investigación que están experimentando con el uso de la oxitocina administrada por vía intranasal a personas con trastorno del espectro autista (TEA). Estos trabajos, que contradicen el publicado por la revista Neuron, dan una gran importancia a la hormona para conseguir la integración social de estas personas.
En el artículo «Refinando la terapia con oxitocina para el autismo: el contexto es clave», publicado en la revista científica Nature Reviews Neurology, Charles L. Ford y Larry J. Young, del Departamento de Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento de la Universidad Emory, en Atlanta (Georgia, Estados Unidos), explican que la oxitocina, aplicada por vía intranasal, «facilita el aprendizaje social pero no provoca directamente el comportamiento prosocial». De ahí que recomienden que, en ensayos futuros, «para que la administración de oxitocina sea terapéutica e influya en el comportamiento, debe combinarse con un contexto social apropiado».
El artículo, a su vez, responde a otro, publicado en The New England Journal of Medicine, en el que se administró oxitocina a niños y adolescentes con TEA de tres a diecisiete años. Con dos dosis al día, el estudio concluyó que la molécula no tuvo efecto e, incluso, alude a otro ensayo clínico de Japón, publicado en 2020, que advierte que a los niños no se les debe recetar oxitocina intranasal crónica.
Para Ford y Young, la oxitocina no provoca directamente un comportamiento prosocial, pero «cambia la forma en que se perciben y procesan los estímulos sociales entrantes, lo que puede influir en el comportamiento y el aprendizaje social de varias maneras». Ante la evidencia de que la administración de la oxitocina no es beneficiosa de forma crónica, proponen que su uso puntual puede abrir una ventana de tiempo para que el cerebro aprenda nueva información y comportamientos sociales. En definitiva, sería una herramienta que, administrada inmediatamente antes de la terapia, mejoraría su eficacia y reduciría el tiempo requerido para lograr resultados.
Si esta teoría demuestra su validez, el tratamiento podría requerir, posteriormente, el uso de compuestos que ayuden a mejorar la señalización de oxitocina endógena o que se unan específicamente a los receptores de oxitocina.