Cuellos de botella: salir de África y perder diversidad
Alo largo de nuestra prehistoria, nos hemos adaptado a temperaturas medias de 20 bajo cero y nos hemos podido mover por el desierto del Kalahari, con las consecuentes presiones selectivas a nivel biológico. Estamos hechos, entonces, de catástrofes y de migraciones. Los dos grandes factores que producen un cuello de botella demográfico. «Nosotros lo interpretamos como una disminución brutal de la variabilidad genética que tenemos en un momento. Y es siempre un riesgo para la población, porque la reduce en tamaño y potencialmente aumentas muchísimo la endogamia», explica Vanessa VillalbaMouco, bióloga molecular y experta en cuellos de botella durante el Pleistoceno Superior en la Península Ibérica. «Puede estar causado porque ha decrecido la población. Es decir, del pool genético (acervo genético) que tendríamos originalmente, solo sobreviven o se desplazan unos pocos, y se empieza a formar una nueva población a partir de un pool mucho más pequeño», explica. Del conjunto de la población total, solo una submuestra sería la que puebla el continente europeo, por ejemplo, o la que puede sobrevivir a la catástrofe. Estos cuellos suelen estar localizados a nivel continental o regional. Documentarlos con un carácter universal, que afecte a toda una especie, es un tema de gran complejidad. «Una de las mayores pérdidas de diversidad fue ese evento denominado Out of Africa, porque solo fue una pequeña población la que pobló el contiene euroasiático, y esto produjo una pérdida de diversidad genética bastante grande», explica. Si observamos los genes, vemos que a lo largo de la historia hay distintos puntos de pérdida de diversidad, como cuando llegó la Edad de Hielo, en el Pleistoceno Superior. «Observamos que allí también se reduce, e incluso que algunos linajes genéticos se pierden», explica. Todo depende siempre de la capacidad que tengan los humanos de adaptarse a la condiciones cambiantes.