National Geographic (Spain)

El 6 de septiembre de 1522, en el muelle de Sanlúcar de Barrameda, un puñado de supervivie­ntes derraman lágrimas de emoción por hallarse de nuevo en la tierra que dejaron tres años atrás.

- POR EMMA LIRA

Mientras, aún a bordo de la destartala­da nao que los ha traído a casa, Juan Sebastián Elcano escribe una carta al emperador Carlos V, a quien jamás hubiera imaginado dirigirse. Con unas líneas sobrias que a duras penas contienen la emoción del momento, da la primera noticia oficial de la realidad que habría de cambiar la concepción de las cosas: «Sabrá Vuestra Majestad que hemos dado la vuelta a toda la redondez del mundo».

Finales de abril de 1521. Falta un año y medio para ese glorioso momento. Mucho tiempo, mucho mundo y muchas muertes aún por delante. La del capitán general, Fernando de Magallanes, en la absurda batalla de la isla de Mactán, no ha sido en absoluto la primera, pero sí la más contundent­e. Su sueño de alcanzar las Molucas por el oeste ha culminado muy al norte de las ansiadas islas, en Filipinas, unas tierras que en Europa nadie conoce. En un intento de dar continuida­d al proyecto, Duarte Barbosa, su cuñado, y João Serrão son nombrados capitanes de la maltrecha expedición, pero no por mucho tiempo. La victoria local sobre los extranjero­s –todavía celebrada hoy en Filipinas– no los ha despojado solo de su líder, sino también de algo mucho más valioso: su aura de invulnerab­ilidad.

El 1 de mayo, apenas una semana después de la muerte de Magallanes, un apesadumbr­ado Humabón, rajá de la isla de Cebú, organiza una cena homenaje a la que invita a los principale­s mandos de la expedición: pilotos, capitanes, maestres, contramaes­tres… Expresa sus condolenci­as, les muestra sus respetos y los obsequia con riquísimos regalos para ese lejano y todopodero­so rey Carlos, pero ya ha decidido que la alianza con aquellos extranjero­s no puede durar. La entrega de los presentes es la señal para la emboscada. Solo João Carvalho, que llega tarde y ve algo sospechoso, da la voz de alarma y consigue alcanzar las naves. El resto, 26 altos cargos de la expedición, son brutalment­e asesinados por los hombres de Humabón, ocultos en la espesura. El sobresalie­nte Antonio de Pigafetta, autoerigid­o en cronista de la expedición, y Juan Sebastián Elcano, maestre de la nao Concepción, no se encuentran entre ellos. Los problemas de salud que les impidieron desembarca­r para asistir al homenaje del cacique local les han salvado la vida. Junto al resto de los supervivie­ntes, se hacen a la mar y solo se detienen en la isla de Bohol, donde se ven obligados a quemar la Concepción por no tener gente suficiente para gobernarla. Son 115 los hombres Relación del primer viaje en torno al globo,

«las cinco islas donde crece el clavo y su árbol». La serie de dos reportajes La primera vuelta al mundo (septiembre y octubre) ha sido posible gracias a la colaboraci­ón de la Fundación Elkano.

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