1. Negro extremo
El pigmento supernegro de la foto, fabricado por el artista británico Stuart Semple, se usa en la pintura acrílica. Una mano de supernegro absorbe la luz visible prácticamente por completo, casi como si de un agujero negro se tratase. Hace que los objetos tridimensionales parezcan planos. El famoso Vantablack se ha usado para pintar un vehículo de lujo y relojes, pero el año pasado el MIT creó un negro todavía más negro.
EL INTENSO AZUL iridiscente de la mariposa morfo fue la fuente de inspiración de Andrew Parnell y sus colegas. Impresionados por la capacidad natural de este insecto para crear tonos vibrantes, el equipo de químicos y físicos se lanzó a investigar cómo producir un color llamativo como ese, pero no con tintes, sino alterando la estructura del material en sí. «Podríamos fabricar buenos reflectores, muy parecidos a los de las mariposas, solo copiando a la naturaleza», dice Parnell, cuyo laboratorio de la Universidad de Sheffield, en Inglaterra, estudia todos los colores del arcoíris.
Los pigmentos producen color al absorber todas las longitudes de onda con excepción de una. En cambio, los colores que surgen al modificarse la disposición de las moléculas reflejan una única longitud de onda. Parnell lo llama la ciencia de controlar la luz.
Los pigmentos azules son una rareza en la naturaleza, pero a 7.725 kilómetros al oeste del laboratorio de Parnell, en la Universidad Estatal de Oregón, el científico de materiales Mas Subramanian descubrió un nuevo pigmento azul por pura casualidad. Buscando un material magnético capaz de almacenar la electricidad y apto para su uso en ordenadores, Subramanian y sus doctorandos metieron en el horno una mezcla de tres elementos metálicos –itrio, iridio y manganeso– y descubrieron, para su sorpresa, que habían creado una sustancia de intenso color azul. Subramanian la bautizó YInMn, uniendo los símbolos de sus elementos. 2. Azul extremo 3. Rosa extremo 4. Naranja extremo 5. Amarillo extremo
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