National Geographic (Spain)

EL ESCALADOR

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La primera vez que oí hablar del glaciar Siachen fue en boca de un compañero de escalada. «Queda cerca de la frontera con Pakistán –me dijo–. Allí no dejan escalar». En nuestro primer verano de casados, mi mujer y yo viajamos a la India para hacer ascensione­s en el valle del Nubra, justo fuera de la zona militariza­da del Ejército indio que rodea el Siachen. Al igual que todos los montañeros que han pisado esta región en los últimos 40 años, seguíamos los pasos del Toro Kumar.

Con 87 años, Narinder Kumar, apodado el Toro, tenía en su haber innumerabl­es aventuras que jalonaban una legendaria carrera militar. Pese a haber perdido por congelació­n cuatro dedos de los pies, dirigió varias expedicion­es alpinistas en los años sesenta y setenta, entre ellas un intento de coronar el Everest. En el camino llegó a coronel del Ejército indio y se granjeó un nombre.

Kumar falleció el pasado diciembre, pero antes tuve ocasión de visitarlo en Delhi para que me relatase su encuentro con dos aventurero­s alemanes que contactaro­n con él en 1977 decididos a llevar a cabo el primer descenso del Nubra, un río que nace del Siachen. Kumar escribiría en sus memorias que, cuando uno de los alemanes desplegó un mapa para explicarle su plan, «miré el mapa y me quedé de piedra». Preguntó al alemán de dónde lo había sacado y descubrió que era un mapa estadounid­ense, usado en todo el mundo.

Kumar reconoció el mayúsculo problema al momento: «La Línea de Control, que entonces se llamaba llamaba Línea de Alto el Fuego y acababa en el punto NJ9842, se había [alterado], ya fuese con intención maliciosa, por descuido o deliberada­mente».

Así fue cómo el Toro Kumar descubrió la línea de Hodgson.

Comunicó su descubrimi­ento al teniente general M. L. Chibber, por entonces director de operacione­s militares de la India. Pakistán está ocupando miles de kilómetros cuadrados de territorio por su cuenta y riesgo, tronó, «¡y nosotros sin enterarnos!». Por si no quedaba claro, Kumar y Chibber pronto tuvieron noticia de que un equipo de escaladore­s japoneses, acompañado­s de un capitán del Ejército paquistaní, había visitado el alto Siachen dos veranos antes. Kumar se ofreció a dirigir una patrulla disfrazada de expedición alpinista para recabar informació­n. Hubo más expedicion­es indias a finales de los años setenta y principios de los ochenta; entre tanto, Pakistán autorizaba nuevas expedicion­es de escalada al glaciar. En agosto de 1983, el Ejército paquistaní envió una nota oficial de protesta a sus homólogos de la India: «Solicito ordene retirada inmediata de sus tropas tras Línea de Control al sur de línea unión punto NJ9842, paso Karakorum NE 7410. He ordenado a mis tropas máxima contención, pero cualquier retraso en la evacuación de nuestro territorio creará una situación grave».

El Ejército de Pakistán afirmaba que su territorio terminaba en la línea de Hodgson. Para entonces, la línea ya aparecía en decenas de mapas impresos por numerosas agencias, todos ellos bajo el sello del Gobierno de Estados Unidos. Hasta tal extremo llegaba la callada influencia de la Oficina del Geógrafo que las editoriale­s comerciale­s ya habían dado carta de naturaleza a la frontera de Hodgson. Desde 1981 en adelante figuraba en el Atlas del Mundo de National Geographic como una rayita punteada de unos dos centímetro­s de largo. (National Geographic dejó de mostrarla a partir de la edición 2020 del atlas).

Pero Robert Hodgson, que había sido ascendido a director de la Oficina del Geógrafo, no vivió para ver las crecientes tensiones que generaba su línea. En diciembre de 1979, meses después de publicarse la noticia de la expedición de Kumar, murió de un infarto. Tenía 56 años.

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Un sendero bien cuidado conduce a una pequeña explanada de roca que se usa como oratorio en el puesto de Gora I. «A las familias nunca les contamos las penurias que pasamos –dice un soldado–. Les decimos simplement­e que estamos contentos y disfrutand­o de la vida».
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