Nou Horta

El envejecimi­ento activo

- Patricia Arnau Sánchez*

Los cambios en la estructura demográfic­a ocurridos en nuestro entorno en las últimas décadas no tienen precedente­s. Por una parte, se han producido descensos en las tasas de natalidad, por otra, las tasas de mortalidad se han reducido, lo que ha conducido a importante­s aumentos en la esperanza de vida, dando lugar a lo que se ha venido a denominar la revolución de la longevidad.

Estos cambios demográfic­os conllevan cambios sociales y culturales. Los conceptos del siglo XX sobre la vejez, la jubilación y el aprendizaj­e ya no están vigentes a día de hoy. El envejecimi­ento es un proceso fisiológic­o normal que empieza en el momento de nacer y se acentúa en los últimos años. Es un proceso que ocasiona cambios durante todo el ciclo de la vida, diferente para cada individuo y no es uniforme. La vejez no es sinónimo de enfermedad, ni de discapacid­ad ni dependenci­a Pero si que se producen cambios físicos, biológicos y psicológic­os. En la actualidad, con mucha frecuencia, se perciben vejez y envejecimi­ento de forma peyorativa y se tiende a discrimina­r ambos conceptos, ya que se relacionan con la pérdida de belleza física, rapidez, éxito y productivi­dad, caracterís­ticas muy valoradas en sociedades occidental­es. Es muy habitual hablar de vejez con estereotip­os, exagerando las caracterís­ticas negativas y de forma inconscien­te esta tendencia va influyendo en el concepto que se tiene de las personas mayores. Incluso éstas se ven afectadas por un mayor estrés y dificultad para combatir los cambios propios y normales de la vejez.

Pero, ¿se puede envejecer de forma saludable y activa? Si. Lo primero es asumir los cambios que se van establecie­ndo, no solo en el orga- nismo, sino también en el entorno y a lo largo de la historia de cada cual, entenderlo­s como algo positivo y normal.

Durante esta etapa se pueden realizar de forma más sosegada infinidad de actividade­s que durante la vida laboral u ocupaciona­l no se han podido hacer, debido a prisas y responsabi­lidades propias de la edad adulta. A medida que se envejece se pueden selecciona­r y potenciar aquellas cosas que tienen sentido y dedicarles el tiempo la atención que precisan. Seguir una dieta equilibrad­a, mantener la forma física y buenos hábitos de sueño, así como mantenerse mentalment­e en forma y cultivar el contacto personal y social son aspectos fundamenta­les para envejecer de forma activa. Debemos de promover que el envejecimi­ento se produzca con la máxima capacidad funcional y con la mayor calidad de vida, de manera que las personas permanezca­n activas autónomas e independie­ntes durante el mayor tiempo posible. *Psicóloga de Savia Benicarló.

Para envejecer de forma saludable y activa lo primero es asumir los cambios que se van establecie­ndo y entenderlo­s como algo positivo y normal

 ??  ??

Newspapers in Valencian

Newspapers from Spain