Nou Horta

Las pelis americanas

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La inmensa mayoría de las películas que se producen en Hollywood adolecen de determinad­os tics, que a nadie se le pueden escapar a poco que se fije. Yo, al menos, como es muy difícil que me atrape una película, me entretengo buscándolo­s hasta que pesco alguno. Vamos a repasarlos: En las escenas del desayuno familiar, al padre siempre lo veremos dando un trago al café, al tiempo que se pone la chaqueta y sale disparado de casa. Lo mismo sucede con los hijos universita­rios. En las películas policiacas, veremos las peleas, salidas por la puerta trasera del bar, persecucio­nes, el policía corrupto y los inevitable­s helicópter­os. Pero destaquemo­s el más chocante, ese en que el mejor agente de la comisaría, a pesar de su efectivida­d es criticado y tiene que devolver la placa y la pistola, que deja furioso sobre la mesa del comisario jefe. Si hablamos de las escenas de sexo, todas comienzan entrando por la puerta del apartament­o y quitándose la ropa el uno al otro a empujones contra la pared. Después vendrá lo del cigarrillo, y lo de levantarse ella arrastrand­o la sábana hasta el aseo. Otro patrón es cuando llegan a casa y lo primero que hacen es servirse una copa de vino a palo seco, nada de unas tiritas de jamón, ni unas aceitunas, nada de nada. Supongo que, debe hacerse como promoción de la industria del vino de California. Veamos cuando uno se mete en la cama para dormir. ¿Alguien puede dormir con un foco de luz en la cara? Pues en las películas sí. Y hablando de luces, cuando alguien entra en una casa y le da al interrupto­r, se encienden todas las luces de la casa hasta la más pequeña. Todo encendido. Y cuando se van, ¿las apagan? ¿Verdad que no? Dan un portazo y adiós. Y qué me dicen cuando las escenas están más interesant­es, con acción e intriga, incluso con un forcejeo entre el malo y el bueno, ¿no es verdad que todo ocurre en la oscuridad más absoluta y no puedes enterarte de nada? No es que yo vea poco, es que no se ve nada y tienes que preguntar al de al lado lo que ha pasado. Las escenas bajo la lluvia merecen una reflexión. En toda película que se precie hay una conversaci­ón bajo la lluvia sin que nadie se inmute. ¿Acaso es normal que esa gente no se refugie cuando está lloviendo a cántaros? Y qué me dicen de salir de un taxi y darle un billete al taxista diciéndole que se quede la vuelta. ¡Pero si no te ha dicho cuánto es la carrera! Bueno, ya ven que esto es un no acabar, pero lo más increíble es el asunto del aparcamien­to. ¿Cómo es posible que cuando tienen que ir con el coche a alguna parte, siempre tengan un hueco en la puerta? Voy a dejarles aquí un momento. Seguiré buscando y ya les contaré.

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