Impuestos más allá de la vida
Que el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones no goza de excesiva popularidad, más bien lo contrario, no es un secreto, aunque… ¿qué impuesto goza de popularidad? Pero en el caso de este tributo, el carácter de indigno se multiplica exponencialmente porque, un impuesto que grava después de haber fallecido una persona puede ser cualquier cosa menos justo. Y en situaciones donde la mortalidad ha aumentado drásticamente, como es la situación actual de pandemia, este impuesto agrega una nota más de crueldad a la ya dramática situación que supone un deceso. El dolor de los familiares se acrecienta injustamente con este tributo.
Todo lo conseguido, con esfuerzo y trabajo, por un hombre o una mujer durante toda su vida se ve ampliamente confiscado por el Estado, creando de facto un impuesto que castiga el hecho de morirse. El deseo de una persona de dejar sus bienes a otra u otras personas, ya sean familiares o terceros, se ve violentado por este impuesto, que pone al Estado como un heredero más, contra la voluntad del fallecido. La presión fiscal, a día de hoy, está asfixiando a centenares de miles de familias españoles, que ven como su situación económica complicada empeora con la vorágine tributaria.
El fallecimiento de un ser querido, en España, además del duelo que conlleva, se convierte en un quebradero de cabeza económico para sus sucesores, que en infinidad de ocasiones se ven obligados a renunciar a lo que su familiar, o conocido, les ha dejado dada la dificultad de afrontar el pago que se desprende del impuesto. Pasar a dinero en efectivo, para solventar la liquidación del tributo, la herencia de un bien no pecuniario se convierte muchas veces en un imposible para los herederos. Además, la Comunitat Valenciana, somos de los primeros de la clase en este impuesto, siendo la 3ª comunidad donde más pagan los hijos por heredar de sus padres.
Por todo ello, desde el PP abogamos por una reconsideración de este impuesto, y más tras una sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea sobre otro aspecto de esta normativa que declara su nulidad absoluta. Un impuesto que pretendía gravar grandes patrimonios y grandes riquezas adquiridas de forma gratuita, tras una herencia, se ha convertido en un castigo para las clases medias y bajas de este país, que recae como una pesada losa sobre las economías domésticas y trasciende el ámbito económico.