Torrent: Una Semana Santa con más de 100 años
Hace 54 años, un servidor que redacta estas líneas y concejal del Grupo Municipal VOX, nacido en la calle Bellido, fue “hermano corneta” de la Hermandad Vera Cruz y Cristo Resucitado, junto a mis amigos, los que salíamos juntos los domingos: hermanos Sanz, el Malaeno, Palop, Farinetes, Casaban, Benlloch, Cervera, Rogelio, etc. No me extiendo más pues no desearía errar en los nombres, además, podría ser que alguno de los nombrados no fuera de la Hermandad, pero éramos amigos. ¡¡Semana Santa de Torrent!! ¡¡Qué grande!! Acto tan emblemático para los torrentinos que lleva celebrándose más de 100 años… y cómo ha ido creciendo en hermandades, hermanos y fervor, creando imágenes nuevas, mejorando las procesiones y las bandas de tambores, cornetas, trompetas; sin olvidar la gran aportación de las mujeres que se han ido incorporado a las Hermandades desde hace muchos años. Por todo ello, en el año 2006, el Consell de Fiestas de la Comunidad Valenciana, otorgó el título de Fiesta de Interés Turístico Autonómico de la Comunitat Valenciana para las celebraciones constitutivas de la “Semana Santa” de Torrent.
Andaba 1967 cuando las cosas que me llamaban la atención en aquellos días eran, entre otras, lo costoso que resultaba el vestido de vesta -en muchas ocasiones se acababa vistiendo con el traje prestado de quien no lo usaba ese año-; y el esfuerzo que hacíamos al ensayar durante varios días en la banda de tambores y trompetas; recuerdo con nostalgia acudir a “les Terretes” para no molestar a vecinos. Nuestras trompetas eran largas y en las procesiones debíamos ir con cuidado al hacerla sonar y no girar a nuestra derecha o izquierda para no golpear a las personas que acudían a ver la procesión. En esos años, muchos hermanos portaban caramelos en los desfiles nocturnos que eran repartidos entre los niños. Me impresionaba el trabajo de “el cabo”, el jefe de los trompetistas, ¡tocaba de maravilla!; a veces, solían ser chicos que habían utilizado la corneta en el Servicio Militar -obligatorio para hombres en aquellos tiempos-. También recuerdo y, resuena en mi mente, las trompetas de la Hermandad a la que llamábamos “las negras” -entiéndase La Flagelación del Señor-; la calidad de su sonido residía en que tenían muchos cofrades músicos. Me conmovía la procesión de “El Santo Entierro”, por su majestuosidad y respeto; pero el día de la ALEGRÍA, “domingo de gloria” o “Día del Encuentro” (día de la resurrección del Señor) era maravilloso. Portábamos la imagen de Cristo Resucitado e inmediatamente detrás caminaba la Reina del Encuentro, acompañada por sus camareras y pajes (estos se encargan de llevar la larga capa de la reina). Cristo y su madre, la Virgen, se encontraban debajo de la “carchofa”, en ese momento, inmersos en un silencio grandioso se recitaba una poesía a la Virgen y se rezaba una oración. Justo al finalizar, todas las Hermandades hacían sonar conjuntamente los tambores y cornetas, al tiempo que los cofrades se desprendían de su “capiruchos”, la “carchofa” se abría y se despegaban numerosos y co
loridos papelitos, que contenían las llamadas “aleluyas”. Esto es, composiciones en forma de poesía que, en tono satírico, denunciaban hechos o personajes de la población, al tiempo que varias palomas levantaban el vuelo ¡¡algo espectacular!! Tras ello, todas las Hermandades acudían a la Iglesia de la Asunción donde se celebraba la misa de la Resurrección.
Es un buen momento para recordar al equipo de gobierno del Sr. Alcalde que se apresure en asfaltar los numerosos agujeros, socavones y firmes de estado lamentable que presenta nuestra localidad; pues las cofradías, con sus “andas”, no pueden tener las calzadas en mal estado.
E igualmente, una fiesta tan solemne requiere ser visualizada en todo su esplendor, por lo que recordamos la necesidad de mejorar la iluminación de nuestras calles, pues es la Semana Santa de todos y para todos.