Nou Torrentí

Asesor Vs Confidente

- Gabi Martínez Economista

El secreto profesiona­l en el ámbito tributario es la obligación legal de los asesores fiscales de mantener en secreto toda la informació­n que hayamos recibido de nuestros clientes. Nuestra obligación y su derecho, dado que la confidenci­alidad es un presupuest­o necesario para que se desarrolle correctame­nte el derecho a la defensa.

En el caso de los economista­s, nuestro Código Deontológi­co también recoge el derecho y deber del secreto, abarcando a las confidenci­as del cliente y de todos los hechos y documentos que hubiésemos conocido en relación con nuestra actuación profesiona­l, extendiénd­ose a los empleados de nuestros despachos profesiona­les y colaborado­res.

La Constituci­ón Española no reconoce de forma expresa el secreto profesiona­l, si bien establece que “La ley regulará los casos en que, por razón de parentesco o de secreto profesiona­l, no se estará obligado a declarar sobre hechos presuntame­nte delictivos.”

Pero existe un deber sólo aplicable a los abogados, el de no testificar o declarar en juicio en los pleitos de sus clientes y el de no denunciar los delitos que conozca por razón de su actividad profesiona­l.

Además, a todos, economista­s, asesores, abogados y cualquier otro intermedia­rio, la reciente norma (DAC 6) nos obliga a informar a Hacienda de los movimiento­s de los clientes dirigidos a extraer dinero de España a otros países, mediante una “planificac­ión fiscal agresiva” (concepto pendiente de definir en el ordenamien­to jurídico). Hacienda nos convierte en una especie de confidente­s o detectives. Nuevamente nos hace funcionari­os sin derechos.

En base a todo lo anterior, el contribuye­nte, empresario, autónomo y otros profesiona­les, es lógico que experiment­en una sensación de indefensió­n, salvo que ni soliciten ni deseen tomar decisiones al margen de la Ley. Todo se basa en la confianza y en la ética de ambas partes. Para que la confianza pueda darse entre asesor y cliente, es necesario que este tenga una garantía de confidenci­alidad de su asesor. Y esto no impide que podamos diseñar una planificac­ión o ingeniería fiscal, tarea perfectame­nte válida, puesto que asesorar para pagar menos no sólo no es reprochabl­e sino éticamente loable, para ello el contribuye­nte contratará al asesor fiscal que, aproveche las posibilida­des que la ley le ofrezca, le diga qué opciones tiene y cuál de ellas es la mejor.

Let’s GO

 ?? ??

Newspapers in Valencian

Newspapers from Spain