MIDIENDO LA INNOVACIÓN POR EL RELOJ
La digitalización va a promover un cambio de 180º en toda la cadena de valor del automóvil y la posventa no va a ser menos. Según José Luis Gata, es necesario que los talleres se refuercen frente a los vaivenes de la economía e inviertan en digitalización
De forma básica, entendemos una innovación como una idea, práctica u objeto que es percibido como nuevo por un individuo. La velocidad de adopción de una novedad depende de muchos factores relacionados con sus ventajas e inconvenientes. Luego cuando asociamos innovación con eficiencia y rentabilidad no es difícil pensar que su incorporación a la sociedad será muy rápida. Este planteamiento general viene a cuento de toda la revolución digital que está viviendo la industria del automóvil y que sectores como la posventa no pueden perder de vista. Un dato para empezar. La digitalización en la producción de un vehículo acortará a prácticamente la mitad el lanzamiento de un vehículo al mercado, según un estudio de Maserati. Además de reducirse los tiempos, se abaratan los procesos pues, por citar un ejemplo, la realidad virtual y los simuladores permitirán que se requieran hacer menos pruebas reales, siempre más costosas. Por tanto, si hacer un coche va a ser más eficiente y rápido, no tengan ninguna duda que, en pocos años, la digitalización del proceso de producción estará plenamente incorporada en las factorías de las marcas. Asimismo, esta digitaliza- ción en fábrica permitirá mayor flexibilidad y más opciones a la hora de configurar un modelo, por lo que se multiplicarán las versiones. Esto supone, casi sin darnos cuenta, acercar al potencial comprador a la línea de producción, a que forme parte del proceso de fabricación de un coche de acuerdo a sus necesidades y demandas; es decir, la digitalización va a promover un cambio de 180º en toda la cadena de valor.
Adopción sin perezas
Todo esto ya está ocurriendo, es incipiente, pero conviene recordar lo que apuntaba al principio: la velocidad de adopción será muy rápida, por lo que la posventa no puede vivir de espaldas a la digitalización y mostrarse perezosa en su incorporación. O llegas a tiempo, o no llegas. El cliente lo quiere todo para ya. Si la tecnología avanza y el cliente cambia, ¿a qué esperamos nosotros?
Y es que la necesidad de reducir los tiempos del proceso de reparación de un vehículo ya no es sólo una cuestión coyuntural motivada por las dificultades económicas y los problemas de rentabilidad de los talleres, sino que la sociedad está cambiando a tal velocidad que nos está obligando casi a hablar con los clientes de fechas de entrega mirando el reloj y no el calendario. No llegará a tanto, pero ser rápidos y eficientes es ya un deber de todo negocio y el factor humano no es suficiente, sino que se requiere tecnología para lograrlo.
Reducción de tiempos
Con la digitalización de la posventa ya somos capaces de reducir en un 15% el tiempo que pasa un vehículo en el taller, desde que entra hasta que sale. En concreto, se puede reducir hasta en siete minutos la realización de un presupuesto y, una vez esté listo, empieza inmediatamente
la reparación y el pedido del recambio al distribuidor, a salvo de errores gracias a la correcta identificación de la pieza. Esto último es fundamental porque se reducen los errores en los pedidos y el stock de recambio obsoleto, al tiempo que se acorta el tiempo de entrega del vehículo y disminuye la carga administrativa. Todo ello redunda en un incremento de la productividad y de la eficiencia.
LA VELOCIDAD DE ADOPCIÓN SERÁ MUY RÁPIDA, POR LO QUE LA POSVENTA NO PUEDE VIVIR DE ESPALDAS A LA DIGITALIZACIÓN Y MOSTRARSE PEREZOSA EN SU INCORPORACIÓN. O LLEGAS A TIEMPO, O NO LLEGAS