EL PARABRISAS, PIEZA CLAVE DE LA CARROCERÍA
El parabrisas es una pieza fundamental en la resistencia estructural del vehículo, además de aportar, como mínimo, el 30% de la rigidez estructural de la carrocería y ser un elemento clave para el correcto funcionamiento del airbag, además de utilizarse a
“Cuando un parabrisas no permanece en el automóvil, en caso de accidente, los ocupantes tienen hasta un 40% más de riesgo de mortalidad”, advirtió Johan Mortier, director técnico de Belron International, durante la celebración, el pasado 3 de marzo en Madrid, de la I Jornada de Tecnología y Seguridad Vial. Promovida por Carglass España (Grupo Belron), el encuentro contó con el apoyo y la colaboración de la Dirección General de Tráfico, la Dirección General de Transportes y la participación de Aesleme, Aeca-ITV, Belron Technical, Cesvimap, CNAE, McKinsey y Volvo.
Lejos de ser un elemento estético, el parabrisas es el principal punto de apoyo sobre el que el airbag incidirá para salvar la vida del pasajero. Si el parabrisas no está en perfectas condiciones, o mal instalado, las probabilidades de que salga despedido de su ubicación son altas y, tras él, saldrá el airbag por ese espacio, dejando al pasajero sin la protección para la que fue ideado. La segunda premisa que cumple este elemento es su aporte a la resistencia estructural del vehículo, que puede ser de hasta el 30%. Ésto significa que, en caso de colisión frontal o vuelco, el parabrisas evitará la deformación y hundimiento del techo sobre la parte delantera del habitáculo, que es donde la presión suele ser mayor. Además de esta resistencia estructural, el parabrisas, que en todo momento, y a pesar de los daños e impactos recibidos, no puede desprenderse del vehículo, evitará que puedan entrar elementos externos en el habitáculo o, aún peor, que los ocupantes puedan salir despedidos por el hueco que dejaría.
Sistema ADAS
Pero la misión más reciente del parabrisas es la de ser soporte de cámaras y sensores de diferentes dispositivos que se engloban dentro de los sistemas ADAS, como las cámaras que detectan las líneas que delimitan los carriles de la carretera alertando del cambio involuntario de carril o la proximidad de un obstáculo activando el frenado automático.
Esta tecnología suele ir colocada en la parte alta del parabrisas por estar lejos de golpes e impactos, por contar con una mejor visibilidad desde esta posición y porque la acción de las escobillas los mantiene limpios. Según el director técnico de Belron International, lo más importante es que estos sensores y cámaras se calibren, tal y como el fabricante los entregó en su momento al usuario, una vez que han sido desmontados por una operación de mantenimiento, cambio o sustitución de parabrisas. “Afortunadamente, la tendencia en los nuevos vehículos es la progresiva introducción obligatoria de los dispositivos ADAS que, consecuencia de la sociedad hiperconectada en la que vivimos, nos va a llevar en 2018 a que los modelos que se comercialicen desde marzo de ese año, equipen obligatoriamente el sistema eCall, lo que nos permitirá reducir notoriamente la gravedad de las consecuencias de las víctimas en accidentes de tráfico, pudiéndose salvar 2.500 vidas al año en Europa”, apuntaba Ana Blanco Bergareche, subdirectora de circulación de la DGT, durante la misma jornada.
Abaratar la reparación
“El 90% de los errores de tráfico se deben a errores humanos, si bien es cierto que las nuevas tecnologías y los sistemas ADAS, aplicados a los vehículos, están contribuyendo a la reducción en su frecuencia y a una menor severidad y gravedad de sus consecuencias”. Así lo indica un estudio realizado por Cesvimap, que fue presentado por su director Ignacio Juárez durante la I Jornada de Tecnología y Seguridad Vial de Carglass España. El responsable subrayó el riesgo que representa el hecho de que en España “se busque la manera de abaratar precios en las reparaciones y operaciones de mantenimiento sin pensar en las consecuencias, gravísimas en ocasiones, que finalmente terminamos pagando todos”. En este sentido, Cesvimap investiga las reparaciones de los vehículos y su incidencia y relación, en la medida que pueden afectar a las compañías aseguradoras, fabricantes y talleres de reparación. Actualmente, nos encontramos en un punto intermedio hacia el horizonte 2025, entre el coche convencional y el vehículo autónomo, donde ya existe un elevado porcentaje de automóviles que equipan algún tipo de dispositivo vinculado con los sistemas ADAS e, incluso, algunos están ya en el nivel de vehículos conectados. “Esto nos sitúa en una fase donde tenemos más coches y más complejos, con una menor frecuencia de accidentes y, cuando ocurren, estos son menos graves pero requieren de reparaciones con una alta cualificación”.
Por otra parte, los equipos de calibrado de los sistemas ADAS, operación que debería ser obligatoria e imprescindible tras una labor de reparación y mantenimiento, deberían estar en libre competencia y no sólo en manos de los fabricantes. Según el director de Cesvimap, “de esta manera, también conseguiremos reducir las tarifas de esta importante tarea y evitar la tentación de eludirla con las graves consecuencias que, fácilmente podemos imaginar, tiene circular con un dispositivo que suministre información errónea a los sistemas de seguridad de un vehículo provocando reacciones, cuando menos, arriesgadas”. Igualmente, el responsable cree “importantísima”, por parte de los técnicos especialistas, la continua formación y actualización de conocimientos sobre este tipo de sistemas, sus reparaciones, mantenimientos y calibrados.
LOS EQUIPOS DE CALIBRADO DE LOS SISTEMAS ADAS, OPERACIÓN QUE DEBERÍA SER OBLIGATORIA TRAS UNA LABOR DE REPARACIÓN Y MANTENIMIENTO, DEBERÍAN ESTAR EN LIBRE COMPETENCIA Y NO SÓLO EN MANOS DE LOS FABRICANTES