NADA QUE OCULTAR
Con piezas y textiles vibrantes, la decoradora María Ruiz-Mateos y la estilista Mercedes Díaz de Rábago atemperan la imagen de un loft industrial.
Todo queda a la vista en este loft situado en el centro de Madrid. La interiorista María Ruiz-Mateos y la estilista Mercedes Díaz de Rábago firman un proyecto rompedor en el que sofisticación y brutalismo industrial se dan amigablemente la mano.
esta casa es una rara avis. Sorprendente e incatalogable, con múltiples influencias que dan como resultado un look genuino. Ubicada en un edificio de 1935 en una zona privilegiada de Madrid, sus propietarias la destinaron primero a oficina y ahora acaba de retornar a ser vivienda. Pero vayamos por partes. Cuando la compraron, Ana y Celia Gómez de los Infantes deseaban un espacio diáfano, amplio y luminoso, que albergase la sede de Sr.Wilson, su agencia de publicidad, especializada en shopper marketing. Partieron de un piso interior con la superficie muy dividida y tan modificada que bajo el techo y los pavimentos estaban ocultos valiosos elementos de la construcción original. La intervención del arquitecto Peyo Basurto, de Ping Pong Estudio, ayudó a destapar el frasco de las esencias.
Salieron a la luz tesoros escondidos como la tarima de pino melis en espiga y un solado de cerámica de piezas octogonales que hubo que pigmentar para recuperar los colores originales, además de rosetones y molduras de escayola, y pilares de hierro fundido. Las paredes combinan el ladrillo desnudo y el revoco primitivo; incluso hay en ellas y en los techos cicatrices de rozas y emplastes de yeso. Y en esta ambientación de aire industrial, los tubos de calefacción y las instalaciones eléctricas van a la vista.
Cuando la agencia se quedó pequeña, Ana y Celia decidieron volver a dar al piso la función de casa, eso sí, sin alterar su personalísima estética. Para este trabajo contactaron con la interiorista María Ruiz-Mateos y la estilista Mercedes Díaz de Rábago, que han creado una elocuente escenografía.
El objetivo ha sido suavizar la brusquedad de la caja llenando los interiores de calidez y charme. El mix de muebles antiguos y contemporáneos, los ricos textiles, los complementos dorados... impregnan el ambiente de un clima chic tremendamente heterodoxo. No hay tabiques ni puertas, excepto el cerramiento que acoge el dormitorio y el baño, pero ni la zona de estar ni la cocina o el comedor se parecen entre sí. En ello tiene mucho que ver el uso del color. Azules y verdes vibrantes, dorado o cereza intenso son los códigos de identidad de cada área, una manera de diferenciarlas sin crear barreras visuales en este loft cuyas pautas estilísticas hablan un lenguaje muy particular.Y cautivan.