ESAS PEQUEÑAS COSAS
En la actual concepción de los salones, con zonas de estar versátiles y multiusos, los pufs se han convertido en un imprescindible. Ya sean pequeños reposapiés o grandes otomanas, hazte con un modelo que ponga movimiento, estilo y funcionalidad.
El asiento libre. Los pufs conquistan el salón.
INVITACIÓN AL DESCANSO
Grande, mullido, confortable... el puf Mangas, un diseño de Patricia Urquiola para Gan, cierra la zona de estar de esta casa, obra de los arquitectos Lucas y Hernández-Gil. Completan el área de tertulia un sofá de Verzeloni, procedente de Batavia, y una mesa de Willy Rizzo de los años setenta, en L.A. Studio, sobre la alfombra
Losanges, de los hermanos Bouroullec para Nani Marquina.
SIMETRÍA CON MOVIMIENTO
La interiorista Leticia Martínez dispuso dos zonas de estar diferenciadas en este amplio salón. Sin embargo, pueden adaptarse a las necesidades, intercambiar asientos, fundirse en una sola... gracias a la disposición del mobiliario y al uso de butacas como las Platner, de Knoll, y las parejas de pufs, todos tapizados con telas de Dedar.
TODO A TONO
Tanto el sofá como el reposapiés king size, en primer término, pertenecen a la serie Myfair, de Ascensión Latorre. Están rematados con tachuelas y tapizados en verde, un guiño a los espacios exteriores, que se introducen en la decoración a través de los grandes ventanales. En la pared destaca una obra de Gefeller+Hellsgard. Es una idea de la arquitecta e interiorista Christine Leja.
En esta finca rural del siglo XIX, que cobró un nuevo impulso gracias al trabajo de la decoradora Jessica Bataille, las paredes de piedra y el suelo de barro artesanal cuentan la historia de la casa. Para traerla a la actualidad, se recurrió a una vibrante miscelánea de color: la alfombra y el otomán –colocado sobre un gran cojín– son piezas marroquíes de Parul Import, y el sofá, editado por Ascensión Latorre, está tapizado con terciopelo de Designers Guild.