UN MUNDO SINGULAR
EN LA CASA BARROCA Y COSMOPOLITA DEL PINTOR IGNACIO GOITIA Y EL EMPRESARIO ALEJANDRO MUGUERZA, LOS CUADROS ABREN VENTANAS A ESTANCIAS PALACIEGAS Y JARDINES INGLESES, CONVIRTIENDO AL VISITANTE EN UN PERSONAJE INESPERADO.
El pintor Ignacio Goitia y el empresario Alejandro Muguerza nos cuentan cuánto de sorpresa y emoción hay en su piso bilbaíno.
Rodeada de colinas verdes y muy cerca de la costa, Bilbao equilibra sus edificios históricos con grandes obras de autor, como el museo Guggenheim, de Frank Gehry; el metro, de Norman Foster; o la Alhóndiga, de Philippe Starck. En una de las márgenes del Nervión se alza la “milla de oro”, el Ensanche, donde vive una pareja muy especial: Ignacio Goitia, prestigioso pintor bilbaíno, considerado uno de los cincuenta hombres más elegantes de España, y Alejandro Muguerza, presidente y director creativo de Le Basque, empresa especializada en catering y planificación de eventos desde 1992, con sede en Miami. Con una cartera de clientes que incluye a numerosas casas reales, la alta sociedad internacional y personalidades como Barack Obama, Bush o el Dalai Lama,Alejandro ha sido nombrado uno de los cien hombres más influyentes del estado de Florida.
¿Cómo es vivir en Bilbao?
IGNACIO: Es una ciudad cómoda, hospitalaria, amable, pequeña pero con aires de grande. Callejear es un placer. Hay mucha gastronomía, y nada de vida nocturna.
¿Cuáles fueron las prioridades para escoger esta casa?
ALEJANDRO: Vimos otras más bonitas por dentro, pero esta fue un flechazo con sus vistas al parque y al Museo de Bellas Artes. Nos miramos y nos la quedamos. En tres días la habíamos puesto entera, readaptando los muebles y potenciando los cuadros de Ignacio.
«Casi todos mis libros son de arte, arquitectura, paisajismo... mis pasiones». Ignacio Goitia
¿Cuál consideráis que es vuestro mayor acierto decorativo?
IGNACIO: Claramente, el salón. Está hecho para recibir de noche; al iluminarlo, parece un escenario. Está concebido para hacer dos reuniones, con el esqueleto de pez sierra dividiendo los ambientes.
Un descubrimiento en el barrio. ALEJANDRO: Una tienda de decoración que podría estar en París, Londres o NuevaYork. Se llama Arbe y es ecléctica, moderna, con un refinamiento que resulta un espectáculo.
¿Qué música suena aquí?
IGNACIO: Soy melómano. Me gusta el jazz de los años 20, 30, 40, americano y alemán. También disfruto de la música barroca.A Beethoven lo uso hasta cuando juego al parchís: si lo pongo, gano.
En vuestra maleta no pueden faltar... IGNACIO: Chalecos de tweed, escoceses... Los compro todos.Y pañuelos, ahora estoy diseñando una serie de seda con mis dibujos. Es un campo que me gusta. Para mis dos últimas exposiciones, en Miami y Palm Beach, ideé unos papeles pintados a medida y me encantaría también probar con manteles.
Soy maniático con...
ALEJANDRO: El desorden.Yo hago mucho lo que se llama tablescapes –término inventado por el decorador David Hicks y que es un juego de palabras entre table (mesa) y landscape (paisaje)–, donde objetos de diferentes orígenes cobran un nuevo sentido al colocarlos juntos.Tengo muchas colecciones y cada una tiene un orden concreto, así que saco fotos de cómo deben ir colocadas las cosas para que las personas que se ocupan de la limpieza lo dejen en su sitio exacto.