LA CAJA MÁGICA
UN CONTINENTE DE LUJO ARROPA EL PERSONAL UNIVERSO DE DELIA FISCHER, COFUNDADORA DEL GRUPO WESTWING. EN SU RESIDENCIA ALEMANA, LA PASIÓN POR EL DISEÑO SE CONTAGIA.
Y viajamos a Alemania, donde Delia Fischer, cofundadora de Westwing, nos contagia su pasión por la decoración.
Cuando Delia Fischer, cofundadora y directora creativa de la tienda de decoración online Westwing, estaba buscando la que hoy es su residencia, tenía muy claro dónde estaría y cómo sería: «Quería una casa cerca del centro de Múnich, pero rodeada de zonas verdes para poder dar largos paseos con mi perra, Lola».También deseaba que la caja que albergara su hogar ofreciese algo especial, cierta elegancia arquitectónica escrita en sus paredes, en su estructura.Así que cuando descubrió este luminoso piso situado en un edificio de principios de siglo, supo que la búsqueda había llegado a su fin. Altos techos y paredes decoradas con molduras, una chimenea imponente con embocadura de piedra, y un suelo de madera en espiga. Detalles deliciosos que la nueva propietaria se encargó de cuidar y poner en valor. Cierto es que hubo que hacer alguna reforma, pero, en general, los interiores mantuvieron su esencia diferencial, refinada y clásica.
Con este impecable telón de fondo, Delia empezó a escribir su propia historia llenando cada habitación con objetos maravillosos, muchos de ellos procedentes de Westwing. «Me gustan las piezas grandes, cómodas y atemporales; muebles y elementos de diseño que, además de modernidad, añadan un aire acogedor a los espacios», nos comenta.
La paleta cromática dominante apuntala este objetivo. Un fondo neutro y suave, y una gama de blancos, grises y tonos empolvados, con beiges, rosas y malvas a la cabeza, fue la delicada apuesta de la propietaria: «Esta concepción del color, con personalidad, pero sin sobrecargar, me permite redecorar con facilidad, algo que resulta imprescindible para mí». El conjunto de ingredientes se completó finalmente con la selección de algunas joyas vintage, reflejo del amor que la dueña siente por el diseño de todos los tiempos, y de su gusto por la belleza. Una belleza con mayúsculas que nunca prescribe.