Luces y llamas
Si hay en este momento alguna revolución en marcha ante la cual debamos estar atentos, esta es, sin duda, la de la iluminación.Y ya era hora.No se trata solo de la lección aprendida en cuanto a utilizar luces indirectas o crear focos de interés, estamos yendo más lejos. Desde aquí asistimos al crecimiento de la figura del lighting designer, el diseñador de iluminación cuyo trabajo es el argumento para que una decoración resulte un éxito. Su ejercicio mágico es capaz de transformar en amplitud lo que era un pasillito, cambiar el color de una pared sin dar ni un brochazo o transformar proporciones desequilibradas. Los modernos estudios de interiorismo saben que deben contar con este experto y el mercado se vuelca para darle nuevas herramientas, que, además, son preciosas.
Porque si el fondo es importante, la forma no lo es menos, y ahora la lámpara está viviendo un tiempo muy dulce en el que caben modelos a cuál más atractivo. En este número vas a ver muchas, no solo en nuestro dossier, sino también en las viviendas que presentamos. Las hay gigantes y escultóricas, que dan al salón una fuerza necesaria, o diminutas en vidrio artesanal como gotas de caramelo que brillan con gracia. ¿Y las que hacen travesuras en sitios nunca vistos? Mira las de araña en las cocinas, o las que ganan jugando en grupo. Otras lanzan atrevidas sus brazos desde la pared, y las tímidas se esconden en molduras del techo. Cada casa pide la suya.Y termino con un microapunte hacia otras luces mínimas, pero con un poder descomunal: las velas y su encanto. Aquí, los candelabros tambien tienen mucho que decir, pero ese es otro idioma.