Abel Pérez Gabucio. Hablamos con el fundador del estudio Àbag,
ABEL PÉREZ GABUCIO, DEL ESTUDIO BARCELONÉS ÀBAG, IMAGINA, DISEÑA Y PROYECTA CON MINUCIOSIDAD Y SIN MIEDO A EXPERIMENTAR. NADA ES CASUAL EN UNOS INTERIORES QUE MADURAN BIEN Y HACEN GALA DE ATEMPORALIDAD.
Empecé a trabajar desde el salón de casa. Tenía el escritorio con vistas a un pequeño patio y las reuniones eran en el café italiano de abajo. Poco a poco conseguí más proyectos. Alquilé una oficina con amigos, luego cambié a una más grande, y hasta ahora, que estamos en Rambla de Catalunya». Así explica Abel Pérez Gabucio cómo montó su propio estudio después de años de experiencia en el campo del interiorismo. Entre las máximas que le inspiran están dar a cada espacio una distribución única y adecuada, manejar los materiales clásicos de otra forma para traerlos a la actualidad con toques de color, y lograr una iluminación esmerada. La personalidad de sus ambientes es una mezcla de sobriedad formal, creatividad con diseños propios y pasión por el mobiliario reciclado. Define tu filosofía de trabajo. Soy muy detallista y meticuloso. Persigo la calidad que se percibe sin ser evidente, la intencionalidad en la decoración, en la selección de colores, tejidos y texturas. Me encanta crear atmósferas que sean cálidas y positivas.
¿Tu sello? Mi método consiste precisamente en no marcar un estilo concreto. Busco que el proyecto se rinda al usuario, potenciar al máximo las posibilidades de cada lugar. Siempre hay algo que mejorar. ¿Estética o función? Las dos, se pueden (y deben) combinar perfectamente. En una buena iluminación... Calidez y versatilidad son claves. Me gustan distintas escenas de luz para diversas situaciones: desde iluminar un rincón a un ambiente general para momentos más sociales.
Un material. Muchos. Me fascina experimentar y presentarlos con un aspecto diferente al habitual para sorprender.
¿Qué pieza no falta nunca en tus proyectos? Intento no repetir, pienso que cada obra se debe a sí misma. Aunque me encanta comprar muebles de segunda mano y restaurarlos para integrarlos en ambientes contemporáneos y provocar el contrapunto.
Tus colores fetiche. Los blancos y ocres con contrastes en tonos vivos. Un imprescindible en el salón. Sin duda, una butaca cómoda.
El arte, ¿qué papel cumple? Es realmente crucial, no sabría proyectar sin él en cualquiera de sus formas. Indispensables para que una casa funcione. Un estudio impecable de los recorridos y la practicidad; unos materiales que perduren, al igual que la paleta cromática escogida; iluminar con mucho cariño y soltarse el pelo en algún punto para crear sorpresa. ¿Hacia dónde va el interiorismo? Quizá a potenciar lo que perdura en el tiempo, los diseños que maduran bien, el lujo sin pretensiones... Al menos, es donde me gustaría que fuera y es lo que practico en mi estudio.