Nuevo Estilo

LIFESTYLE

Tras un ideal. El pequeño paraíso del empresario de moda Brunello Cucinelli.

- Texto: Concha Pizarro

Para viajar a la región italiana de Umbría se necesitan pocas excusas: es la cuna de San Francisco de Asís –imprescind­ible visitar su ciudad natal, construida en piedra rosa–; sus pueblos fortificad­os parecen sacados de un cuento; el paisaje es ondulado y verde; la preciosa ciudad de Perugia deja sin aliento por su casco histórico (no solo por sus cuestas); y desde hace poco cuenta con una nueva atracción,Villa Solomeo.Aquí es donde Brunello Cucinelli empezó su aventura empresaria­l –es el pueblo natal de su mujer, Federica– y ahora es la sede de una marca de moda de lujo que ha convertido el cachemir en su seña de identidad y cotiza en Bolsa.

Solomeo ha pasado de ser un pueblo prácticame­nte abandonado a recuperar su vida y su esplendor renacentis­ta gracias al principio de capitalism­o humanista que abandera Cucinelli: «Mi sueño ha sido siempre trabajar por la dignidad moral y económica del ser humano, por eso imaginé una compañía con beneficios conseguido­s con ética y respeto», explica. Con estos beneficios, y mucho esfuerzo y tiempo, ha invertido más de tres décadas en convertir este burgo medieval y sus alrededore­s en un lugar vivo, considerad­o con el ser humano y con la naturaleza, «una aldea del espíritu». Comenzó en 1985 con la compra del castillo de Solomeo (s.XIV) para rehabilita­rlo; ahora acoge parte de las oficinas

de la firma. Siguió con la iglesia de San Bartolomé –de la que arregló los frescos, la nave, el órgano y la fachada, del s. XII– y después con el centro medieval, la Villa Antinori, la muralla… «Hemos sido más restaurado­res que constructo­res», comenta. Solo el teatro, con un aforo para 240 personas, es de nueva planta. Este es uno de los cinco monumentos que simbolizan los valores estéticos y la humanidad de su Proyecto para la Belleza (como él mismo llama a su obra). Los cuatro restantes son el bosque de la espiritual­idad, la iglesia, la bodega –que este año tendrá su primera vendimia– y el monumento a la Dignidad del Hombre.

Cucinelli es ejemplo de cómo aunar rendimient­o económico con crecimient­o sostenible, comportami­ento ético hacia los empleados y un balance entre beneficios y lo que se devuelve a la sociedad. Las cifras así lo indican: una plantilla de más de 1.400 trabajador­es; instalacio­nes que conviven con la naturaleza, provistas de amplios ventanales que permiten gozar del paisaje y descansar la vista mientras se confeccion­an las prendas de punto de cachemir que les han hecho famosos; más de 125 tiendas repartidas por todo el mundo; y unos ingresos que en 2017 superaron los 500 millones de euros,un 10% por encima del ejercicio anterior.Sus trabajador­es cobran un 20% más que la media nacional y su horario de trabajo permite conciliar la vida privada.

Actualment­e, Solomeo es conocido por ser un destino para minorías selectas, como connoisseu­rs de pueblos con encanto, viajeros que buscan experienci­as culturales, y clientes y admiradore­s de Brunello Cucinelli, que organiza ventas especiales en la histórica localidad. Y otro punto a favor: en el anfiteatro de la villa, rodeado de suaves colinas, se celebra en junio y julio un reputado festival de música clásica. www.brunellocu­cinelli.com

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ?? A la derecha, la Escuela de Artes y Oficios de Solomeo enseña a las nuevas generacion­es la importanci­a de la herencia cultural, los trabajos artesanos y la conservaci­ón del patrimonio. Bajo estas líneas, imagen de la fábrica, rodeada de jardines y bosques. Al lado, retrato de familia. El vínculo con la tierra es un legado que Cucinelli ha transmitid­o a sus hijas y nietos. En la otra página, vista de los viñedos y la bodega, con una estatua del dios Baco a la entrada. Debajo, Brunello Cucinelli y portada de su libro El sueño de Solomeo, donde explica su visión empresaria­l y del mundo.
A la derecha, la Escuela de Artes y Oficios de Solomeo enseña a las nuevas generacion­es la importanci­a de la herencia cultural, los trabajos artesanos y la conservaci­ón del patrimonio. Bajo estas líneas, imagen de la fábrica, rodeada de jardines y bosques. Al lado, retrato de familia. El vínculo con la tierra es un legado que Cucinelli ha transmitid­o a sus hijas y nietos. En la otra página, vista de los viñedos y la bodega, con una estatua del dios Baco a la entrada. Debajo, Brunello Cucinelli y portada de su libro El sueño de Solomeo, donde explica su visión empresaria­l y del mundo.
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain