LA MADERA ESTÁ MUY PRESENTE:
ARMA VIGAS, DA FORMA A LOS MUEBLES O, LACADA EN BLANCO, PANELA PAREDES EN EL BAÑO
Mediterránea, funcional y abierta al exterior. Con tan claras premisas, la arquitecta Janna Montés Gil y el estudio de interiorismo RafaCub plantearon el proyecto de esta vivienda. El enclave –una zona montañosa de Valencia con buenas vistas– era inmejorable para ello; la distribución y los materiales hicieron el resto.
Los propietarios querían ante todo una casa cómoda. De ahí que se pensara en una sola planta para facilitar los desplazamientos. Con el mismo concepto, las estancias se han organizado en dos grandes bloques en L.El principal es una gran superficie diáfana donde el salón se abre al espacio que comparten comedor y cocina. El otro acoge los dormitorios, que discurren paralelos a la piscina a lo largo de un corredor. Los cerramientos permiten en ambas alas la continuidad in & out, otro requerimiento de los dueños. Así, para las zonas comunes se ideó un gran vano acristalado de 12 m de longitud, con una hoja fija y dos correderas, que elimina barreras con el exterior, y las puertas de los dormitorios abren 180º para una mayor conexión visual.
Los materiales han sido otra de las claves, definiendo el interiorismo con una paleta de colores sin estridencias, que aporta equilibrio al conjunto.Toda la vivienda, incluida el área de la piscina, se ha pavimentado en hormigón fratasado –un paso más en la continuidad visual buscada–, cuyo tono reproducen los armarios lacados de la cocina y la encimera, de Silestone. De igual forma, la estructura abierta que aloja la chimenea –que comparten salón y comedor– y el falso techo de Pladur de esta zona se han revestido con una pintura que simula el hormigón. Para contrarrestar su frialdad, y lograr la calidez mediterránea que se pretendía, entran en escena la naturalidad de la piedra y la madera. La primera la vemos en muros y suelos exteriores, y en una de las paredes del comedor-cocina. La segunda, en los muebles, muchos de ellos a medida. Si a ello unimos los textiles, ligeros y frescos, y una iluminación con lámparas de pie que bañan suavemente todos los rincones, el resultado está garantizado.