VISITAS QUE SON UN PLACER
LA DECORADORA MERCEDES FERNÁNDEZ DE CÓRDOBA HA HECHO DE ESTE LUMINOSO PIED À TERRE MADRILEÑO UN AUTÉNTICO HOGAR EN EL QUE SUS PROPIETARIOS RECALAN (Y DISFRUTAN) EN CALMA.
Gracias a la cuidada reforma realizada por Mercedes Fernández de Córdoba, este pied à terre es un auténtico hogar que sus propietarios disfrutan con entusiasmo.
Este ático permanece intermitentemente cerrado algunos meses al año, pero cuando sus propietarios, que viven en Sudamérica y tienen otras casas repartidas por el mundo, vienen a Madrid, quieren que se llene de vida, de amigos, de celebraciones... «Mi prioridad –explica Mercedes Fernández de Córdoba, encargada del proyecto– fue que aquí estuvieran felices y sintieran que no era un lugar de paso, sino su hogar en esta ciudad». El punto de partida distaba de esa Arcadia soñada, con una distribución típica de vivienda antigua del centro: pasillos sin fin, habitaciones pequeñas, poco aprovechamiento de la luminosidad y una cocina interior y aislada ¡incompatible con su gusto por recibir! La luz estaba ahí, solo había que ayudarla a encontrar el camino y que fluyera con una sabia distribución de los ambientes.
Con la nueva organización, el protagonista de la casa es un espacio central que comparten el salón, la cocina y el comedor. Es un todo conectado, delimitado suavemente por las alfombras y las molduras del techo, que cuenta con el plus de las vistas a la terraza, parte de la cual se incorporó con la reforma a la zona de estar y ahora se cuela por los ventanales de techo a suelo, instalados por Cortizo. Otro de los retos del proyecto consistió en armonizar las distintas alturas de techo que quedaron en evidencia al integrar habitaciones.
En las zonas más altas se colocaron frisos retroiluminados con LED a modo de candilejas. Por la noche, el resultado es fascinante, un puro juego visual.
La decoración supuso un interesante pulso armónico entre «el gusto de los propietarios –más americano– por los muebles muy grandes, los colores intensos y las texturas ricas y con brillo, y mis orientaciones hacia una esencia más europea», recuerda la interiorista. El resultado es un estilo contemporáneo ecléctico que convence. Elementos con impronta –lámparas retro y pequeños objetos de anticuario– singularizan los espacios y acompañan a los diseños del estudio y a piezas actuales. Detalles con mucha personalidad y obras de arte suman emoción estética en un conjunto que invita a estar.