EL JARDÍN OFRECE UN ENCANTO ÚNICO Y GENUINO: EL QUE PONE EL PASO DEL TIEMPO
Corto y cambio! Así de radical fue la decisión de los propietarios de este precioso unifamiliar situado a las afueras de Madrid. Querían trasladarse de residencia, de zona, de ambiente... ¡de todo!, con lo que esto suponía, incluida la búsqueda de vivienda y de un colegio para los hijos adolescentes. «El reto fue hacerles una casa cálida con el fin de que el tránsito resultase superapetecible y los chicos estuvieran felices después de tantas novedades», explica la interiorista Virginia Nieto, encargada de la reforma del chalé. La implicación de su estudio de decoración en el proyecto vital de esta familia fue absoluta: «Creo que entre el decorador y el cliente debe existir una comunicación muy íntima para acertar con sus deseos, que en este caso pasaban por que el espacio estuviera concebido para disfrutarlo todo en familia: una cocina en la que poder cocinar y a la vez estar juntos, un salón donde compartir aficiones, etc.»
La reforma comenzó con la demolición completa de los elementos no estructurales. La casa se dejó desnuda para modificar la distribución, ya que los interiores ofrecían muchísimas posibilidades, y también se renovaron revestimientos y cerramientos. Para la caja se eligió carpintería y pintura en un gris cálido con el fin de jugar después con dos o tres colores muy vivos, y los suelos se cubrieron de madera de roble blanqueado.
Un gran desafío fue camuflar el televisor en el salón: «Los propietarios querían un lugar de reunión frente a él y a mí me resulta difícil decorar esta estancia si el aparato es el centro.Así que diseñé una hornacina para alojarlo en ella y lo tapé con un díptico de Eduardo Lalanne y unos carriles invisibles», puntualiza Virginia Nieto. En cuanto a los muebles y auxiliares, se han elegido piezas de estilo atemporal que no cansan y se pueden mezclar con obras de arte contemporáneo para lograr un perfecto equilibrio entre modernidad, color y calidez. En definitiva, se trata de un cóctel bien medido para que el mix sea elegante, pero también divertido.
Finalmente, esta escenografía no sería la misma sin la fantástica iluminación natural que desde el jardín baña la casa y va cambiando a lo largo del día. Se ha completado con luminarias artificiales bien escogidas, focos empotrables y lámparas singulares. «¡Me encantan! Paso horas eligiendo modelos que protagonicen los ambientes», concluyeVirginia Nieto. ¿El resultado? Como no podría ser de otra forma: ¡deslumbrante!